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El 'hip-hop' devuelve la cultura a la calle

Más de 80 grupos y MC participan este fin de semana en un festival en Madrid

Daniel Verdú

El hip-hop ya es más que una moda. Dos grandes festivales han abierto la primavera musical en Barcelona y en Madrid. Ambos dedicados al hip-hop y a la cultura urbana. La semana pasada se celebró Urban Funke en la capital catalana, hoy empieza en Madrid la segunda edición de Cultura Urbana. Más de 80 actuaciones de grupos y MC (maestros de ceremonias) tan consolidados como Violadores del Verso, Frank-T y Arianna Puello, y la oportunidad de confirmar a nuevos talentos como Black Bee. El festival cuenta con un presupuesto cercano al millón de euros y se espera la presencia de 35.000 personas.

"Lo que interesa del 'rap' a los chicos es el mensaje", dice Óscar, del grupo SFDK
"Es uno de los campos donde ha habido más experimentación", Ricard Robles, de Sónar

Los sonidos y ritmos quebrados y las afiladas rimas de un MC sonarían en la banda sonora de la globalización. "El hip-hop es algo divertido y barato. Cualquier chaval puede salir a hacer graffitis, rimas y producir su música con un ordenador. No se necesitan grandes sumas de dinero. Sólo talento", explica el sevillano Tote King, uno de los exponentes de la nueva generación de raperos españoles.

La tendencia musical se ha ido instalando en diferentes zonas del mundo y adaptándose a las características de cada territorio: Japón, Suráfrica, Cuba, Brasil, España, Francia, India... Bandas que han incorporado los dejes de su cultura, de sus problemas sociales y de los sonidos autóctonos a los patrones básicos de una música, que como todas las que han transgredido algo, nació del impacto de la cultura negra en un mundo blanco. Una relación consumada, inicialmente, en las calles de las principales ciudades estadounidenses, pero en la que ahora, en cada rima, puede olerse el asfalto de las antípodas.

En España, frente al discurso agotado del pop y el rock y el saturado mercado de la música electrónica, el hip-hop ha ido tomando posiciones para su segunda eclosión. La primera, a principios de los noventa y de la mano de grupos como El Club de los Poetas Violentos del ahora afamado productor Frank-T, no cuajó pero fue la semilla que germinaría años más tarde. Vivían cerca de la base militar de Torrejón de Ardoz y escuchaban lo que traían los soldados norteamericanos. Por eso, quizá, en ocasiones el mensaje resultaba algo descontextualizado. "Los jóvenes se identifican más con la Mala Rodríguez o La Excepción que con aquel fenómeno inicial. No eran mensajes que se pudieran encontrar en la calle. Ahora se ha producido una renovación del sonido y las letras se han conectado con la realidad", explica Ricard Robles, codirector y programador del festival de música avanzada Sónar.

"Hablar de hip-hop hoy en día es hablar de World Music", añade Robles. El festival, que se celebra en Barcelona a mediados de junio, arrancó dedicado a la música electrónica, pero hace un par de años empezó a abrirse al fenómeno de la música rap incorporando a su cartel bandas como Gangstarr o De la Soul. "Es uno de los campos donde ha habido más riesgo y experimentación en los últimos años y ésa es la esencia del evento". Este año, por el Sónar desfilarán representantes del género como DJ Shadow, DJ Krush o DJ Diplo. Este último, además, es el mejor ejemplo de la evolución del hip-hop y de su mestizaje. Afincado en Río de Janeiro, ha sido uno de los responsables de que el sonido baile funk de las favelas -también una variante del género- llegase a las discotecas europeas. Para Robles, el hip-hop ya no es una moda. "Hay mucho campo todavía por recorrer", advierte.

España, además, cuenta en la actualidad con dos importantes festivales dedicados a la cultura de calle: Urban Funke, en Barcelona, y Cultura Urbana, en Madrid. Este último, que tiene lugar hoy y mañana en el Matadero de Legazpi, espera reeditar el éxito de su primera versión y prevé la llegada de unos 35.000 jóvenes venidos de toda España.

Pero el hip-hop no es sólo música. También se manifiesta a través del baile, con el breakdance, y del street art, con la cultura del graffiti. "El hip-hop es esto, la calle en directo", decía Mucho Muchacho en una canción con su grupo 7 Notas, 7 Colores. Por eso, para reflejar la calle, el festival incluirá actuaciones relacionadas con todas esas formas de expresión urbana.

"Este festival es la confirmación de que la tendencia va a más. El hip-hop español ha madurado. Pero no nos engañemos, el negocio no es tan grande; La Oreja de Van Gogh todavía vende más que todos estos grupos", explica Imma Grass de la discográfica BOA, que, junto al Ayuntamiento de Madrid y la Fundación Autor, organiza el festival.

El hip-hop es la matriz de infinidad de nuevos estilos musicales. El trip-hop inglés, el reggaeton latino, el baile funk de las favelas brasileñas. Estilos que muchas veces han llegado a la gente antes que el propio sonido original. "El trip-hop, a través de grupos como Portishead o Massive Attack, fue el puente entre la gente que escuchaba electrónica y rock y el hip-hop", recuerda Robles

El MC se erige con sus rimas en una especie de cantautor posmoderno. "Lo que interesa del hip-hop a los chicos es el mensaje. Para ellos representa una vía de escape. El discurso contenido en la música comercial no tiene ningún interés", explica Óscar, del grupo SFDK. "Trabajamos sobre los patrones del hip-hop estadounidense, pero poco a poco lo hemos ido modificando y adaptando. Francia es un ejemplo de esa asimilación", añade.

El país galo, con grupos y raperos como MC Solaar o los marselleses IAM (que actúan el domingo en el festival), es, junto a Inglaterra, el territorio europeo donde el hip-hop ha sabido acomodarse mejor. La inmigración y el mestizaje contribuyeron a la introducción del género en los barrios más deprimidos. Aunque luego se extendiera, como todos los fenómenos underground, a los barrios de los ricos. Y tal debe ser el poder que se le atribuye al mensaje, que muchos señalaron como la chispa que encendió el polvorín de las últimas revueltas en la banlieue parisiense. "Si el ministro Sarkozy hubiera escuchado rap, seguramente lo que ha sucedido en Francia no habría pasado. Estaba todo escrito ahí", dijo a este periódico hace unos meses Sako, conocido rapero del país vecino, y líder del grupo Les Chiens de Paille (Los Perros de Paja).

Actuación de Toscano y El Chojin en el festival Cultura Urbana 2005, en el antiguo Matadero de Legazpi.
Actuación de Toscano y El Chojin en el festival Cultura Urbana 2005, en el antiguo Matadero de Legazpi.GORKA LEJARCEGI

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Sobre la firma

Daniel Verdú
Nació en Barcelona pero aprendió el oficio en la sección de Madrid de EL PAÍS. Pasó por Cultura y Reportajes, cubrió atentados islamistas en Francia y la catástrofe de Fukushima. Fue corresponsal siete años en Italia y el Vaticano, donde vio caer cinco gobiernos y convivir a dos papas. Corresponsal en París. Los martes firma una columna en Deportes

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