En pocas palabras
De acuerdo con el diccionario, un ciempiés es un miriápodo de cuatro ojos y dos antenas, con dos patas en cada uno de los 21 anillos de su cuerpo y que, al morder, suelta un veneno muy activo. La segunda acepción asegura que ciempiés se llama a un trabajo desatinado o incoherente. Literalmente no cabe confundir ninguna de las dos acepciones con este otro Ciempiés, que es una antología de los microrrelatos que se han ido publicando en la revista Quimera entre febrero de 2003, cuando se inauguró una sección dedicada al género, y noviembre de 2005, pero figuradamente puede parecerse al animal de la primera. Los editores, además de reunir 135 microrrelatos, pidieron a cada uno de los 28 autores una poética con sus ideas sobre este género de nombre y naturaleza polémicos. En la introducción, Rotger y Valls recuerdan que no conviene confundir el microrrelato con otros géneros que pueden considerarse cercanos, como la greguería, el aforismo, la sentencia o la fábula. Para ellos se trataría de "un texto narrativo breve -como mucho una página- en el que se cuenta una historia de la manera más concisa e intensa posibles", y que requiere un lector activo y atento. La definición resulta bastante clara, pero cuando llegan los escritores se estropea todo, o casi. En parte porque entre los microrrelatos reunidos se encuentran cuasigreguerías (Raúl Brasca), fábulas morales (Ana María Shua), paradojas (Juan Pedro Aparicio), incluso poemas en prosa muy elementales (Luisa Valenzuela), o sentencias (Andrés Neuman). En parte también porque los escritores se empeñan en tener sus propias ideas al respecto y se reconocen como parte de una tradición. José María Merino, por ejemplo, recuerda los apólogos y las fábulas de la literatura clásica. Pablo Urbanyi, por su lado, descubrió que escribía microrrelatos cuando se lo dijeron en un congreso; hasta entonces había pensado que lo suyo eran textos breves y variopintos como los de su modelo, el latino Marcial. Dicho esto, lo cierto es que la definición de los editores da con una fórmula que es lo suficientemente dúctil como para integrar a los más de cien textos reunidos y, al mismo tiempo, lo suficientemente restrictiva como para diferenciarlos de otros géneros cercanos, tanto históricos como naturales. De ahí que todos los microrrelatos presenten una homogeneidad más que suficiente como para verse agrupados aquí. No sólo por responder a una fórmula sabia, sino también por compartir brillo e ingenio, y también por el entretenimiento que procuran.
CIEMPIÉS. Los microrrelatos de Quimera
Neus Rotger y Fernando Valls (editores)
Montesinos. Barcelona, 2006
309 páginas. 18 euros
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