Invertir los ahorros
Respeto, sólo pido respeto para casi el medio millón de ciudadanos (pensionistas, trabajadores, prejubilados, nada que ver con los dueños de ingentes cantidades de dinero negro que fueron estafados en el caso Gescartera) que han invertido todo o parte de sus ahorros en una empresa que llevaba funcionando 25 años, conocida en el ámbito nacional e internacional, debidamente auditada y cuyo grupo empresarial ocupa el puesto 86 de los mayores de España.
Que un periodista listillo que vive de la maledicencia en la mañana de la emisora de los obispos no se permita menospreciar, y poco menos que calificar de tontos, a los que de buena fe han confiado en un sistema que unos y otros han ayudado a crear y del que ahora todos conocen sus fallos, pero del que no informaron a su debido tiempo.
Que el político de turno, portavoz del Gobierno, y al que los ciudadanos le importan un bledo, no diga que es consecuencia de la búsqueda del dinero fácil que en su día estableció el PP como norma, cuando lo único que ha tratado la mayoría de la gente es evitar que los bancos y la inflación se coman el ahorro de una vida tratando de conseguir una rentabilidad para su dinero similar a la que ofrece la banca on line del 6%, que es la que se venía obteniendo los últimos años.
En definitiva, respeto, comprensión a los miles de afectados e información veraz y objetiva, no rumores. No parece tanto que sea imposible de cumplir.- Joaquín Pérez. Valladolid.
Qué terrible contradicción. Por un lado, el dinero es cobarde y huye del riesgo; pero utilizando técnicas de ingeniería social, que explota las debilidades de las personas, como la codicia o la envidia, los nuevos hamelines, aprovechando los vacíos legales, campan a sus anchas, engatusando a cientos de miles de cándidos, como si de una república bananera se tratara.
Ya decía Lee Iacocca que por un descuento, la gente está dispuesta a pagar cualquier precio. En este caso, 10 veces más de su valor real. No hay peor ciego que el que no quiere ver.
Y ahora, la política más rastrera y especulativa entra en juego, para intentar captar el voto de 350.000 familias, generando la expectativa de que el agujero sea cubierto por el resto de españoles.- Francesc Costa Puyal. Terrassa, Barcelona
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