ERC se abstendrá para garantizar el 'sí' del pleno del Senado al Estatuto

La anunciada abstención de los cuatro senadores de Esquerra Republicana (ERC) garantiza que la reforma del Estatuto de Autonomía de Cataluña sea aprobada hoy, salvo sorpresas, por el pleno del Senado, dos meses y medio después de que el Congreso de los Diputados le diera luz verde. Con la sesión de esta tarde, en la que está prevista la intervención del presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, la reforma quedará lista para ser sometida a referéndum en Cataluña el próximo 18 de junio.

Los partidos que apoyan el proyecto suman 128 escaños de los 259 que componen el Senado. Es un bloque formado por los 97 senadores del PSOE, 12 de los 16 de la Entesa (grupo formado por el PSC, ICV y ERC), siete del PNV, seis de CiU, cuatro de Coalición Canaria, uno de IU y uno del BNG. Juntos forman una mayoría contra los 125 del PP, si se abstienen los cuatro republicanos, más uno del Partido Aragonés (Par) y otro de Eusko Alkartasuna (EA).

La abstención de ERC fue garantizada ayer de nuevo por todos sus líderes. El senador del Par, José María Mur, que presentó enmiendas rechazadas en comisión, asegura que se abstendrá por "sentido institucional". De la misma forma, el senador de EA, José Ramón Urrutia, cuyo partido votó en contra en el Congreso, también aseguró ayer su abstención para "no crear un conflicto por una cuestión cuantitativa". Estas abstenciones, de seis senadores cuyos partidos se oponen al Estatuto, son clave en la votación.

Ni una sola ausencia

El proyecto disfruta de una mayoría de tres votos, por lo que los grupos han tocado a rebato para que no falte ningún senador. Bastarían unas pocas ausencias por enfermedad, o por cualquier imprevisto, para poner la aprobación en peligro. Tres senadores (del PP, PSOE y PNV) han adelantado el regreso de una delegación parlamentaria en Kenia para poder votar. Incluso estarán presentes al menos dos senadores con una grave condición médica.

El PSOE quiere que el voto sea nominal (no electrónico) para evitar cualquier posibilidad de error. El PP propone que, además, sea secreto. Es decir, que los votos se escriban, en vez de decirlos de viva voz. Así se produce, de facto, una situación de libertad de voto, ya que es virtualmente imposible saber qué ha votado cada senador. El pleno deberá pronunciarse entre estas dos fórmulas.

El portavoz parlamentario de CiU, Felip Puig, afirmó ayer que el eventual no del Senado no impediría dar el texto como aprobado por las Cortes y enviarlo a referéndum, ya que no ha sido enmendado ni vetado. Esta interpretación fue confirmada por los servicios jurídicos de la Cámara. Se sustenta en una sentencia del Tribunal Constitucional (97/2002) sobre una ley ordinaria, cuyo trámite es distinto del de un Estatuto de una nacionalidad histórica, del que no hay precedentes. Pero algunas dudas sobre esta interpretación hacen imprescindible el sí del pleno para evitar posibles recursos.