_
_
_
_
Necrológica:
Perfil
Texto con interpretación sobre una persona, que incluye declaraciones

Grant McLennan, cantante y compositor australiano

Fue fundador del grupo The Go-Betweens

Diego A. Manrique

El rock australiano tiene una bien ganada fama de elementalidad y fiereza decibélica pero también acoge a grupos refinados, que cultivan el arte de la canción descriptiva. Ése era el caso del grupo The Go-Betweens, que estaban disfrutando de un reconocimiento tardío tras su reaparición en el año 2000.

Animados por las buenas ventas y los premios cosechados por el reciente Oceans apart, su discográfica anunciaba que sus trabajos de los años ochenta, ya relanzados en 1996, iban a ser objeto de una minuciosa reedición expandida.

Pero The Go-Betweens han dejado de existir. Así lo ha anunciado Robert Foster, tras el fallecimiento de Grant McLennan, su compañero de aventuras.

El sábado 6 de mayo, McLennan preparaba una fiesta para inaugurar su nueva casa, en Brisbane. Se sintió mal y decidió acostarse un rato. Cuando su novia fue a despertarle, estaba muerto. Tenía 48 años.

Grant W. McLennan había nacido en Rockhampton (Queensland) el 12 de febrero de 1958. Creció en un medio rural y sus primeras experiencias empapaban algunas de sus obras más conocidas, como Cattle and cane, que hace poco fue designada por una encuesta entre autores australianos como una de las 10 canciones que ayudaban a entender la realidad del país.

McLennan no era, sin embargo, un aussie primitivo. En la universidad de Brisbane se convirtió en un gran lector y un cinéfilo insaciable. Esas pasiones le unieron a Robert Foster y desembocaron en The Go-Betweens, un nombre tomado de la película de Joseph Losey de 1970.

Era inicialmente un dúo de raigambre dylaniana donde McLennan cantaba, componía y tocaba el bajo; pasaría luego a la guitarra según entraban más músicos y su sonido crecía en audacia y elegancia, llegando incluso a lo convencionalmente "bonito" en alguno de los discos que grabaron en Europa.

Fueron teloneros del grupo estadounidense R.E.M. y contaron con la admiración total de otras figuras. Sin embargo, aparte de Japón, no consiguieron conectar con el gran público al estilo de Crowded House, el proyecto de sus amigos neozelandeses, los hermanos Neil y Tim Finn. Desilusionados, tiraron la toalla en 1990: "Éramos demasiado buenos para las malditas listas de éxitos", señalaron.

En solitario, tanto Foster como McLennan se permitieron caprichos. El segundo sacó un disco bajo el seudónimo de Jack Frost y recuperó su nombre real para otros tres trabajos en la primera mitad de los noventa, aparte de promover aventuras más oscuras, como The Far Out Corporation.

Foster tuvo una crisis creativa, manifestada en I had a New York girlfriend, una colección de versiones, y vio que necesitaba a McLennan, que aportaba el contraste vitalista a sus tendencias melancólicas.

Tras algún intento tímido, The Go-Betweens resucitó en el año 2000. Encontraron un ambiente más receptivo y eran reivindicados por grupos como Belle & Sebastian, Sleater-Kinney, Franz Ferdinand o Luna.

En su tierra, empezaban a gozar de reconocimiento oficial, al estilo de lo que está ocurriendo con el renegado Nick Cave. En las palabras de despedida de Fergus Linehan, director del Festival de Sidney, el grupo "unía lo romántico y lo intelectual, lo local y lo internacional".-

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_