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Los libreros advierten de que el préstamo de textos escolares "destruirá" al sector

Apuestan por el cheque-libro a cada alumno según el nivel de ingresos de la familia

Los editores y vendedores de los libros de texto escolares de Euskadi dibujaron ayer un negro panorama para el sector en el caso de que el Departamento de Educación ponga en práctica un sistema de préstamo para el próximo curso. Según los libreros, se trata de una iniciativa "obsoleta", mala para los padres, los hijos y que aboca a la "destrucción" de la red de librerías y pone en peligro a las editoriales. Apoyan la gratuidad de los textos escolares, pero consideran que la fórmula más justa es la ayuda económica directa a las familias, de acuerdo a su nivel de ingresos.

El Departamento de Educación trabaja sobre un planteamiento de préstamo de los libros escolares después de que el Parlamento aprobara en noviembre una proposición no de ley instándole a que implante un sistema de financiación del material escolar para los alumnos de la enseñanza obligatoria (de 6 a 16 años). Los socialistas pactaron la propuesta con el tripartito. La filosofía es que los libros pasen de unos alumnos a otros y su vida escolar se prolongue durante, al menos, cuatro años. La implantación sería progresiva, de manera que comenzaría en una etapa escolar para luego extenderse al resto.

Aunque la consejería aún no ha presentado formalmente los términos exactos de su proyecto, representantes de los gremios de librerías y editoriales comparecieron ayer ante la comisión de Educación del Parlamento para mostrar su desacuerdo con esta práctica. En su opinión, los libros deben ser nuevos y en propiedad para cada alumno, lo que les da posibilidad de personalizarlos, realizar anotaciones, subrayarlos y tenerlos siempre a su disposición una vez finalizado el curso escolar. Además, se evitarían situaciones en las que las familias con más poder adquisitivo compren a sus hijos libros nuevos, mientras que el resto utilice otros de segunda mano.

Andoni Arantzagi, presidente del Gremio de Libreros de Guipúzcoa, advirtió de que el préstamo llevará a "la destrucción" de la red de librerías, ahondando la crisis del sector. Por su parte, el presidente del Gremio de Libreros de Vizcaya, Kepa Torrealdai, alertó que se producirá un alejamiento de las familias de estos establecimientos, a los que en muchos casos sólo acuden cuando se trata de comprar los libros para el colegio. En la actualidad, la venta de textos escolares representa un 40% del negocio de una librería. Según los cálculos de los especialistas, al menos un 30% tendrá que cerrar si finalmente se implanta el préstamo.

Libros desfasados

Como alternativa, Arantzagi propuso la aplicación del sistema conocido como cheque-libro, que consiste en la entrega de un cheque a los alumnos cuyos hogares no alcancen un determinado nivel de ingresos anuales para comprar libros.

Los editores también consideran inadecuado el sistema de préstamos y lanzan un mensaje catastrofista para el futuro, especialmente con relación a la producción de libros en euskera. El presidente del Gremio de Editores de Euskadi, Javier Gojeaskoetxea, aseguró que el modelo se encuentra en "crisis" allá donde se ha implantado. "Se incrementa la desigualdad social porque los padres que tienen posibilidades compran a sus hijos libros nuevos. Los textos se deterioran mucho y se van a quedar obsoletos si sólo se renuevan cada cuatro años, con lo que será más difícil que los alumnos se actualicen.

En su opinión, se trata de un paso atrás y un "retroceso" de muchos años que desmotivará a las próximas generaciones, eliminando el interés por el estudio, el libro y el gusto por aprender. Los editores reconocen que apostar por el préstamo es una opción política tan legítima como otras, pero apuestan por otro sistema de gratuidad que no lesione al sector. Incluso presentaron un estudio que muestra cómo el préstamo puede resultar un sistema más gravoso para la Sdministración que un sistema de ayudas para familias con ingresos inferiores a 25.000 euros anuales. Partiendo de una base de 170.569 alumnos, que son los que estudian en primaria y secundaria, el informe calcula que la inversión en el sistema de préstamo durante los cuatro años que dura, teniendo en cuenta que cada uno de esos cuatro años se reponga un 10% del material por daños, ascendería a 69,5 millones de euros. En esta cantidad se incluye desde los gastos de personal para la gestión del sistema hasta el gasto en fotocopias sustitutivas de los libros de texto.

Por su parte, el costo para el departamento por medio de las ayudas del cheque-libro a las familias con ingresos inferiores a 25.000 euros sería de 67,6 millones de euros. El ahorro en cuatro años alcanzaría cerca de los dos millones de euros.

Interés general

Desde la Asociación de Editores en Lengua Vasca, Jorge Giménez y Olatz Osa, presidente y vicepresidente respectivamente, recalcaron que la producción de libros en euskera en general depende en buena medida de los libros de texto. En concreto, representan el 40% de la producción de textos en lengua vasca y el 70% de la facturación. "Se va a poner en peligro el sector del libro y terminará por no ser viable", aseguró Osa.

Frente al rechazo del sector del libro, los partidos que apuestan por el préstamo, el PSE y el tripartito, defendieron las bondades del sistema. La parlamentaria socialista Isabel Celaá recalcó que la gratuidad, y por extensión el sistema de préstamo, es una cuestión de "interés general" que debe primar por encima de las cuestiones particulares. "Por una parte", añadió, "el préstamo evita el gasto innecesario a las familias y, por otro lado, cumple un fin educativo: enseña a los niños a cuidar de los libros y ser solidarios, porque deben respetar un material que va a ser para otro compañero". Desde EA, Idoia Cuadra, pidió a las editoriales una reflexión sobre el coste de producción de los libros de texto y se preguntó si en el precio final al consumidor no se repercuten otro tipo de costes de la propia industria. "A lo mejor, sin esos costes añadidos, las familias no tendrían necesidad de pedir ayudas, al tratarse de unos precios más asequibles".

Los representantes de los libreros, Kepa Torrealdai (derecha) y Andoni Arantzagi, en su comparecencia.
Los representantes de los libreros, Kepa Torrealdai (derecha) y Andoni Arantzagi, en su comparecencia.L. RICO

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