Los agresores de un ecuatoguineano habían apaleado días antes a un punk
Los neonazis se fijaron en su víctima porque llevaba "cresta"
Abraham Fernández y Antonio Sánchez, ambos de 22 años, vecinos de Castellar del Vallès, neonazis y conocidos por sus numerosos antecedentes de violencia y racismo, sumaron ayer una nueva detención a una larga lista. La Guardia Civil les fue a buscar a sus casas por la mañana por una agresión que ocurrió el 1 de abril. En aquella ocasión, se fijaron en la víctima, según un portavoz de la Guardia Civil, "por el simple hecho de que llevaba cresta" y era punk. Siete días después, los dos detenidos y una tercera persona a quien busca la policía propinaron presuntamente una paliza al ciudadano portugués de origen ecuatoguineano Fernando Ujiliguete.
José C. R, el punk de 32 años, no denunció la agresión porque, según la Guardia Civil, "no tenía confianza en la justicia". Pero los médicos que le atendieron en el hospital sí informaron a los juzgados de Sabadell. No obstante, no fue hasta el 3 de mayo cuando la Guardia Civil supo, por la policía local, de la agresión.
Abraham y Antonio no estuvieron mucho tiempo privados de libertad. Ayer por la noche volvían a estar en la calle. El Juzgado de Instrucción número 2 de Sabadell decidió dejarlos en libertad con cargos por un delito de lesiones. La primera semana de abril fue bastante intensa para los dos jóvenes neonazis. Están acusados de apalear el 1 de abril a un hombre porque no les gustaba su estética punk, y, el 8, de emprenderla a patadas con Ujiliguete, que acabó inconsciente en el suelo y tuvo que pasar por el quirófano porque le rompieron el hueso de la zona orbital del ojo izquierdo. Horas antes Abraham habría pegado a otro joven de Castellar. En todos los casos, el juez decidió que no había motivos para decretar la prisión provisional. Ni Abraham, con más de 16 detenciones a sus espaldas, ni Antonio, que supera las cinco, han pisado nunca una prisión. Por lo tanto, no tienen antecedentes penales.
Por otra parte, el 23 de abril, Norman, joven colombiano de 15 años, estudiante del IES de Castellar del Vallès, decidió dejar el municipio y regresar a su país tras un año de agresiones. Norman denunció los hechos en tres ocasiones ante la Policía Local y la Guardia Civil. Los insultos y las amenazas no cesaron.
El 13 de marzo, Norman sacó una navaja. Lo hizo tras recibir, por enésima vez, insultos y patadas. Se volvió hacia el joven que lo tenía agarrado por el cuello y le hizo un corte en la mano. Es el único imputado en un caso en el que el Ayuntamiento de Castellar reconoce que Norman en realidad es "la víctima".
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