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El Eixample es el distrito barcelonés donde viven más extranjeros, uno de cada cinco residentes

El número de inmigrantes irregulares no empadronados se calcula en unos 30.000

Blanca Cia

El 15,9% de la población de Barcelona es extranjera. En números absolutos, en enero pasado estaban empadronados 260.000, a los que hay que añadir unos 30.000 en situación irregular que tampoco se han inscrito en el padrón, según los cálculos que hace el Ayuntamiento. El Eixample, con una población total de 260.000 personas, es el distrito que concentra una mayor colonia extranjera: más de 44.000. Es decir, que la proporción de extranjeros es de uno de cada cinco. Aunque porcentualmente el récord lo sigue teniendo Ciutat Vella: dos de cada cinco residentes son extranjeros.

Son los barrios de Ciutat Vella los que encabezan la lista de extranjeros: el 38,5% de sus 106.000 habitantes lo son. Sin embargo, la tendencia es ir a la baja en la medida que la distribución es cada vez más heterogénea. La mayor concentración se produce por segundo año consecutivo en el Eixample -39.616 en enero de 2005 y 44.366 en enero de 2006- le sigue Ciutat Vella -38.045 en 2005 y 40.952 en enero pasado- y el tercer distrito en concentración es el de Sants-Montjuïc, que ha pasado de 28.352 en 2005 a 32.717 de enero pasado. Después, son los distritos de Sant Martí (29.745) y Nou Barris (22.812) los que siguen. Los que tienen menos son Les Corts (9.359) y Sarrià-Sant Gervasi (16.318).

El crecimiento del número de extranjeros persiste, aunque con unos incrementos porcentuales cada año menores: en enero de 2004, el incremento respecto a 2003 era del 24,2%, un año más tarde fue del 14,1% y en enero pasado el incremento fue del 12,6%. El alcalde de Barcelona, Joan Clos, explicó ayer que el proceso de regularización extraordinario del año pasado supuso para Barcelona el empadronamiento de 50.000 extranjeros y la incorporación de 28.000 trabajadores a la cotización de la Seguridad Social. Esto "tiene efectos claramente positivos puesto que contrarresta la economía sumergida y regulariza la situación de muchos extranjeros", apuntó. Uno de los efectos de la mejora de condiciones de vida es el reagrupamiento familiar de inmigrantes no comunitarios que tienen una vivienda, contratos de trabajo e ingresos suficientes. El año pasado se solicitaron 4.459 reagrupamientos. El 45% de ellos fueron para reagrupar a los hijos. Y por nacionalidades, el colectivo que más permisos solicitó fue el de ecuatorianos, seguidos por peruanos, colombianos y chinos.

Si hace tres años la proporción de la inmigración podía dividirse a tercios entre africanos y Magreb, Centroamérica y América del Sur y asiáticos, ahora la mayoría -el 50%- procenden de Ámérica del Sur, el 24% son europeos y en menor medida -el 16%- de Asia y un 8,6% de África, incluido el norte del Magreb. Por nacionalidades la lista la emcabeza Ecuador, con 31.400 empadronados que representan el 12% de los extranjeros, segurido de Perú, Marruecos, Colombia, Italia, Pakistán y Argentina, que tienen entre 13.000 y 16.000 habitantes cada uno de ellos. Esta procedencia está estrechamente ligada a los procesos de crisis económicas que han sufrido algunos de esos países. En 2005, en números absolutos las nacionalidades que más han aumentado fueron los procedentes de Bolivia -3.100 personas- Italia -2.700- Pakistán -2.254- y China, con 2.108.

El 52% de los inmigrantes son hombres y el 48%, mujeres. Se trata de una población joven, la media de edad se sitúa entre los 25 y los 39 años y sólo el 2,6% de los extranjeros tienen más de 65 años, una franja de edad que en el conjunto de la ciudad se dispara al 21%. De acuerdo con los datos del Ayuntamiento, el 28% de los inmigrantes mayores de 16 años tiene estudios superiores, un porcentaje mayor que el del conjunto de la ciudad, que se sitúa en un 19,2%. "Con eso se demuestra que son personas preparadas que se van de sus países hacia donde se está en un momento de crecimiento económico", afirmó el alcalde, que valoró la llegada de la inmigración.

Preguntado sobre su opinión de que gran parte de ese casi 16% de la población de Barcelona no pueda votar por ser inmigrante extracomunitario, Clos afirmó que él considera que se tiene que reducir de 10 a 5 años el periodo de enraizamiento para poder optar a la nacionalidad y de esa forma poder votar. "Es injusto que no puedan participar en las elecciones y no sólo en las municipales, aunque el reconocimiento de los derechos civiles de la inmigración es una cuestión pendiente en toda la Unión Europea".

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Sobre la firma

Blanca Cia
Redactora de la edición de EL PAÍS de Cataluña, en la que ha desarrollado la mayor parte de su carrera profesional en diferentes secciones, entre ellas información judicial, local, cultural y política. Licenciada en Periodismo por la Universidad Autónoma de Barcelona.

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