Mas insiste en que el rechazo de Esquerra pone en jaque al tripartito

Convergència i Unió (CiU) acumula cada día nueva munición contra el tripartito y los partidos que lo integran. El desafío de las bases de Esquerra a su dirección ha proporcionado a los nacionalistas de Artur Mas más argumentos para denunciar que un no de los republicanos al Estatuto, principal compromiso del Pacto del Tinell, sería "incompatible" con su permanencia y, por tanto, pondría en jaque la continuidad del tripartito. "Incompatible por impresentable", manifestó Mas.

El líder de CiU no pudo dejar de bromear sobre este último episodio. "No suelo meterme en casa ajena, porque ya tienen bastantes problemas, pero quiero desearles suerte y que al final lleguen a alguna conclusión, porque en el lío monumental en el que están metidos algo tienen que hacer (...). Espero que tomen la decisión que mejor les parezca, si es que son capaces de tomar alguna a estas alturas, y que sea mínimamente coherente", declaró Artur Mas.

Aunque Mas reiteró que ERC debería abandonar el Gobierno si finalmente se opone al Estatuto, también dejó la puerta abierta a lo contrario: "Desgraciadamente, la contradicción y la incoherencia es la norma. Y a partir de aquí se puede esperar todo, lo cual no quiere decir que sea normal, ni aceptable, ni presentable".

El líder del PP catalán, Josep Piqué, se limitó a subrayar la distancia que, a su juicio, separa a la dirección de Esquerra de sus militantes, sobre los que dijo que "les trae sin cuidado" la permanencia o no de los republicanos en el Gobierno catalán.

Respeto de Zapatero

Frente a las aceradas críticas contra Esquerra que lanzaron desde el propio PSOE, el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, optó ayer por la cautela. En una conversación informal con periodistas en el acto de conmemoración del 75 aniversario de la Federación de Trabajadores de la Enseñanza de UGT, Zapatero expresó su respeto por la decisión de las bases republicanas.

"Soy muy respetuoso con los debates internos de otras formaciones políticas. Vamos a hacer un esfuerzo porque sea un referéndum de futuro", señaló el presidente, quien insistió en que el nuevo Estatuto es "bueno para Cataluña y para España".

No se anduvo con rodeos, en cambio, el portavoz del PSOE en el Congreso, Diego López Garrido, que directamente culpó a la dirección de ERC de este embrollo. En su opinión, la cúpula republicana ha sido incapaz de convencer a su militancia de que el Estatuto es un "pacto" y que, por tanto, debía pasar y ser revalidado en el Congreso. López Garrido recordó que antes del 20 de enero, en que Zapatero y el líder de CiU, Artur Mas, desencallaron la aprobación de la reforma, Esquerra Republicana aplaudía el articulado. Y entre líneas dejó entrever que los republicanos todavía no han digerido aquel pacto, que el portavoz socialista defendió en declaraciones a la cadena SER.