Barcelona dará subvenciones a los comercios que se adapten a los discapacitados
A diferencia de las grandes superficies, que están obligadas por ley, el pequeño comercio aún no es accesible a las personas discapacitadas. Para alterar este estado de cosas, el Ayuntamiento de Barcelona dará una ayuda económica a los comerciantes que quieran ejecutar obras de adaptación en sus locales. Las subvenciones podrán cubrir, como máximo, el 25% del coste de las reformas y estarán destinadas al comercio de proximidad: panaderías, farmacias, tiendas de ropa y otros establecimientos que en ningún caso sobrepasen los 500 metros cuadrados de superficie. También podrán beneficiarse de las aportaciones los bares y restaurantes con menos de 50 plazas.
Los comerciantes que soliciten estas ayudas recibirán además "asesoramiento gratuito" por parte de técnicos municipales y estarán exentos de pagar los impuestos vinculados a las obras. Lo explicó ayer el presidente del Instituto Municipal del Paisaje Urbano, Jordi Portabella (ERC), quien indicó que la mejora de la accesibilidad supone un beneficio para los comercios, antes que un gasto: "No sólo los minusválidos, sino también los ancianos o las personas que llevan muletas o van con carros podrán entrar en el comercio con más facilidad".
Accesos desde la calle
Una de las representantes de los minusválidos en el Instituto Municipal de Personas con Discapacidad, María José Vázquez, aplaudió la iniciativa y resaltó que, para el colectivo, la prioridad es "poder acceder a la tienda desde el exterior sin demasiados problemas". De hecho, la mayoría de las obras de adaptación pasan por eliminar escalones e instalar una rampa de pendiente suave y un pasamanos. En el interior del comercio, se trata de ampliar la anchura de las puertas, de los probadores o de los lavabos.
"Tenemos un reto: que a finales de 2007 todos los establecimientos sean accesibles", dijo Vázquez. El representante del comercio en el Consejo de Ciudad de Barcelona, Emili Sarrión, recogió el guante y aseguró que la voluntad de los comerciantes va en esa dirección. "Es una obligación como colectivo, no un esfuerzo", aseguró.
Bajo el lema Comercio accesible, comercio abierto a todos, la campaña es una de las iniciativas previstas en el marco del Año del Comercio. Hasta ahora, los establecimientos sólo podían recibir dos tipos de subvenciones municipales, explicó Portabella. Una de ellas, que cubre hasta el 20% del coste total de las obras, para mejorar la imagen exterior del local; por ejemplo, el cambio de persianas. Y la otra, que puede alcanzar hasta el 40% de la inversión, para instalar los rótulos comerciales en catalán. "Pedimos a los comerciantes un esfuerzo razonable que, además, tendrá consecuencias muy positivas", señaló el presidente del Instituto Municipal de Personas con Discapacidad, Ricard Gomà.
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