El Gobierno advierte a Bolivia del daño en las relaciones bilaterales

Sorprendido por la nacionalización del gas y el petróleto decretada por el presidente boliviano, Evo Morales, el Gobierno español advirtió ayer de que la decisión tendrá consecuencias negativas para las relaciones bilaterales si no se respetan los intereses de las empresas afectadas. En Madrid se esperaba anoche una llamada de Evo Morales al presidente José Luis Rodríguez Zapatero para analizar las consecuencias del decreto. El Gobierno expresó su esperanza de que "con diálogo y negociación se llegue a una solución satisfactoria para las partes".

Repsol YPF, la empresa más afectada por la nacionalización, después de la brasileña Petrobras, reclamó seguridad jurídica para sus inversiones. Desde Argentina, su presidente, Antonio Brufau, declaró que Bolivia se arriesga a quedar "al margen del sistema político internacional". Repsol YPF ha invertido más de 1.000 millones de euros en el país andino desde 1997. Para Brufau, el decreto de nacionaliación es una medida "injusta".

El anuncio de Morales cogió también por sorpresa al Gobierno de Brasil. El presidente Luiz Inácio Lula da Silva se reunió con la dirección de Petrobras para analizar la situación. La compañía brasileña gestiona el 15% del PIB boliviano y sus inversiones rozan los 3.000 millones de euros. Los mercados reaccionaron con calma, al interpretar que el impacto de la medida será limitado y apostar por una solución negociada entre el Gobierno boliviano y las empresas. Morales afirmó que la nacionalización de hidrocarburos es el primer paso en la recuperación de las empresas privatizadas en los últimos 10 años.