La revolución entró por la puerta
Venezuela indemniza a 11 familias de emigrantes españoles expulsados violentamente de sus tierras
"Tú ya hiciste plata, ahora nos toca a nosotros". El grupo que hace tres años asaltó e invadió la finca de Arnelis Álvarez dejó muy claros los motivos de su acción. Álvarez, segunda generación de emigrantes canarios en Yaracuy, uno de los 23 estados de Venezuela, huyó junto con su madre de la pequeña producción de 20 hectáreas de caña que su familia había trabajado desde hace casi 40 años. En este tiempo ha vivido con la venta de la maquinaria de la finca, que logró sacar a tiempo. "La última vez que vi la finca fue hace un mes, con el perito", dice Álvarez. Asegura que está echada a perder. "Da ganas de llorar, es una tristeza. Nos destruyeron para no hacer nada".
Al menos 11 familias españolas se encuentran en la misma situación en el estado de Yaracuy. Son canarios y gallegos emigrados a Venezuela en los años 50 y 60, que se han dedicado mayoritariamente al cultivo de caña. Una combinación de inseguridad, antiguos conflictos legales, resentimiento racial y, según denuncian, la pasividad del Gobierno venezolano, les ha expulsado de las tierras a las que han dedicado su vida. Ayer firmaron, acompañados por representantes de la Embajada de España, los acuerdos para recibir una indemnización que les permita cambiar de modo de vida.
Los invasores son gente mayoritariamente de raza negra que, en virtud de antiguos títulos de cesión de esas tierras a sus antepasados en los años 20, las reclaman ahora como suyas. Los españoles afirman que ellos compraron legalmente las tierras a esos mismos antepasados y las han trabajado desde entonces, con su propiedad reconocida. Entre los 11 ocupan un total de 2.000 hectáreas de tierras muy fértiles, según fuentes diplomáticas.
El Grupo Popular en el Senado había reclamado tanto al presidente del Gobierno como al ministro de Exteriores que exigieran al presidente Hugo Chávez la restitución de las tierras e indemnizaciones a estos afectados, aunque añadió que en total "más de 200 familias" han sido víctimas de agresiones. El miércoles pasado, todos los grupos menos el PP aprobaron una moción en pleno que reitera la petición al Gobierno para que defienda los derechos de los españoles en Venezuela. El PP, principal valedor de los afectados en el Senado, no apoyó la moción por considerarla "insuficiente" y no incluir una protesta formal. El senador popular Dionisio García Carnero acusó a los demás grupos de no querer "de ninguna de las maneras molestar a Chávez".
La Embajada española en Caracas informó el lunes de que se había llegado a un "desenlace satisfactorio para los damnificados", al ponerse de acuerdo con el Instituto Nacional de Tierras venezolano en "las indemnizaciones por los bienes y derechos perjudicados". Ayer, se firmaron los acuerdos, que suman unos 2,5 millones de euros entre las 11 familias. "Básicamente, coincide con las cantidades que pedían", aseguraron fuentes de la Embajada.
Pero ellos lo que quieren es salir de allí cuanto antes. "No vamos a pelear, porque lo tenemos perdido", señala un hombre mayor de 60 años que llegó de Canarias en 1956. "No queremos que se nos devuelvan las tierras", dice. "Si me pagan me voy a España. ¿Qué voy a hacer aquí? La mayor parte de las personas, viejos que no tienen nada, se volverán a España".
La disputa legal, en la práctica, obviamente ya está resuelta por la vía de los hechos consumados. Estas personas han sufrido, además, las consecuencias de la violencia generalizada en el país en los últimos años. "De los 20 secuestrados en los últimos dos años" en la zona, afirma un emigrante canario en Yaracuy, "19 son canarios o descendientes de canarios".
En esta situación hay un componente racial, según asegura el senador del PNV Iñaki Anasagasti. "Chávez ha sembrado el odio de clases, zahiriendo". El coronel se refiere a los españoles como "esos blanquitos, con esas tierras", dice Anasagasti, nacido en Venezuela. Alentados por este discurso, "respaldados directamente por Chávez", dice el senador, "se meten en la finca, te expolian, te vas, y luego dicen que te has ido" para reclamarlas como abandonadas.
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