Un condenado por el caso de la riera de Merlès pagará una multa y evitará la cárcel

La Audiencia de Barcelona ha sustituido por una multa la pena de dos años y cuatro meses de cárcel impuesta al propietario de una casa de colonias condenado por la muerte de dos niños en la riera de Merlès en 2001, por entender que es una persona integrada en la sociedad y que el contacto con otros presos "frustraría su reinserción social". La Sección Quinta ha admitido el recurso de apelación del condenado, Joan Carles Solé, propietario de la casa Can Curtius de Llu, contra el auto del Juzgado de lo Penal número 1 de Manresa, que el pasado mes de mayo le impuso dos penas de prisión, y las sustituye por una multa de 48 meses a razón de 20 euros diarios.

Pese a la oposición de la fiscalía y la acusación particular, a la hora de dictar sentencia la Audiencia ha tenido en cuenta que el hombre tiene un trabajo estable como autónomo y que, según la alcaldesa de la localidad, Eva Boixadé, "ha mantenido una conducta irreprochable y una actitud cívica digna de la mejor mención, siendo una persona perfectamente integrada en la vida social, económica y cultural de la población, manteniendo una actitud de solidaridad y de convivencia satisfactoria". Además, recuerda que no tenía antecedentes penales y que no es un reo habitual.

La sentencia de la Audiencia asegura que el cumplimiento de la pena de prisión no sería "útil" para Solé y podría "frustrar sus propios fines de prevención y reinserción social". Además, el Tribunal ha tenido en cuenta que Solé fue condenado por homicidio imprudente sin agravantes y que las indemnizaciones están cubiertas para los perjudicados. Asimismo, si el condenado no pagara la multa ahora impuesta, sí tendría que ingresar en prisión.