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Europol y EE UU culpan del 11-M a una célula local "inspirada en Al Qaeda"

El Plan de Seguridad Nacional de Bush alerta de la descentralización de la red de Bin Laden

Jorge A. Rodríguez

Los expertos antiterroristas de Europol, la comunidad policial europea, y de Estados Unidos aseguran en sus informes internos y públicos que los atentados del 11 de marzo de 2004 en Madrid y del 6 de julio de 2005 en Londres fueron cometidos por terroristas de "células locales inspiradas en Al Qaeda". Los servicios de inteligencia de la UE y de EE UU hicieron estas aseveraciones mucho antes de que el juez Juan del Olmo hiciera público el auto de procesamiento sobre el 11-M, en el que llega exactamente a la misma conclusión.

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Las investigaciones sobre el 11-M llevadas dentro y fuera de España por la llamada "comunidad de inteligencia" llegan, en todos los casos, a la misma conclusión. Los atentados de Madrid (191 muertos) y Londres (52 asesinados) fueron obra de islamistas autóctonos que habían bebido "del mensaje extremista" de la red de Osama Bin Laden, lo que supone una nueva amenaza aún más difícil de controlar y combatir.

El informe de la Unidad Antiterrorista de Europol -difundido en enero de este año con los datos de las investigaciones llevadas a cabo en 2005- subraya cómo la mayor amenaza a la que hoy se enfrenta la UE procede de los "terroristas extremistas islámicos", la mayoría de los cuales están "ligados a Al Qaeda". No obstante, explica: "A pesar de la acción militar en Afganistán y de la desarticulación de un considerable número de células terroristas islamistas, Al Qaeda y sus organizaciones vinculadas conservan una fuerza terrorista dinámica y potente".

El informe subraya que aunque Al Qaeda, por sí misma, "no ha perpetrado ningún ataque terrorista dentro de la UE, sí ha inspirado a células locales en Europa, como trágicamente quedó demostrado en los ataques de Madrid y Londres". Las investigaciones de los servicios secretos británicos y de los agentes contraterroristas españoles llegan a exactamente la misma conclusión.

La constatación de que Al Qaeda ha cambiado su forma de actuar ha llevado a la Casa Blanca a plantearse cómo combatir esa amenaza alternativa, que denomina "los nuevos desafíos" de Al Qaeda. La llamada Estrategia de Seguridad Nacional de Estados Unidos, el documento sobre amenazas y respuestas al terrorismo presentado el pasado 16 de marzo por George W. Bush, así lo refleja en su página 9. El documento no distingue los atentados de Madrid de otros vinculados a Al Qaeda. "Los terroristas han golpeado en multitud de lugares, incluyendo Afganistán, Egipto, Indonesia, Irak, Israel, Jordania, Marruecos, Pakistán, Rusia, Arabia Saudí, España y el Reino Unido", asegura.

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La Administración Bush subraya cuál es el nuevo desafío al que se enfrenta la lucha antiterrorista: "Las redes terroristas están hoy más dispersas y menos centralizadas. Hay una mayor confianza en pequeñas células inspiradas por una ideología común y menos dirigidas por la estructura central de mando". Esta afirmación fue desarrollada el pasado 5 de abril por Daniel Fried, asistente del secretario de Estado para Asuntos Europeos, en el subcomité de Asuntos Europeos del Senado de EE UU.

Inspiración global

Fried, que considera una amenaza el proceso de radicalización que se está viviendo en sectores islámicos europeos, aseguró que Al Qaeda "ha inspirado un movimiento global que ha prendido en otros grupos pequeños, no alineados, algunos de los cuales operan en Europa". Estos terroristas, "más inspirados en Al Qaeda que vinculados a su estructura central de liderazgo", añade, fueron los responsables "del doble atentado suicida de Estambul, en noviembre de 2003, con 57 personas muertas; de los ataques de marzo de 2004 en Madrid en cuatro trenes, que asesinaron a 191 usuarios, y de las bombas en el metro y un autobús de Londres, de julio pasado, que provocaron 52 muertes".

Durante su comparecencia, Fried puso como ejemplo de este nuevo modelo de células autónomas al llamado grupo Hofstad, radicado en Holanda, "cuyo líder, el holandés de origen marroquí llamado Mustafa Bouyeri, asesinó al cineasta Theo Van Gogh en una calle de Amsterdam, en noviembre de 2004". Bouyeri estaba vinculado a Abdeladim Akouad, detenido en España por su implicación en los atentados de Casablanca.

El asistente del secretario de Estado de Asuntos Europeos, además, alertó del peligro de radicalización que pueden sufrir los islamistas presos. Así, explicó cómo la policía española está alerta por "los esfuerzos detectados para reclutar extremistas entre los 7.000 musulmanes presos en España". Y, además, puso un ejemplo: "A principios del año 2000, Jamal Ahmidan [el Chino], un joven marroquí musulmán no prácticamente que vivía en España, se radicalizó en una prisión española, donde estaba cumpliendo condena por pequeños crímenes. Después de su puesta en libertad, Ahmidan ultimó la célula que perpetró los ataques con bomba en los trenes de Madrid".

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Sobre la firma

Jorge A. Rodríguez
Redactor jefe digital en España y profesor de la Escuela de Periodismo UAM-EL PAÍS. Debutó en el Diario Sur de Málaga, siguió en RNE, pasó a la agencia OTR Press (Grupo Z) y llegó a EL PAÍS. Ha cubierto íntegros casos como el 11-M, el final de ETA, Arny, el naufragio del 'Prestige', los disturbios del Ejido... y muchos crímenes (jorgear@elpais.es)

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