Los milicianos de las facciones palestinas se enfrentan a tiros tras romper su tregua
Al Fatah ocupa la sede del Ministerio de Sanidad en Gaza, y Hamás despliega sus fuerzas
El acuerdo de tregua pactado por Al Fatah y Hamás en la mañana de ayer se esfumó horas después con la reanudación de violentos enfrentamientos entre ambos grupos en varias ciudades de Cisjordania y de la franja de Gaza. Anoche, las tropas israelíes dieron muerte en Belén a dos miembros de las Brigadas de los Mártires de Al Aqsa, brazo armado de Al Fatah, el partido fundado por Yasir Arafat y del que es dirigente el presidente de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), Mahmud Abbas. Milicianos de este movimiento ocuparon el Ayuntamiento de Nablús, regido por Hamás.
Miles de manifestantes salieron a las calles de Jenin para defender al presidente Abbas, ninguneado por el líder de Hamás en el exterior, Jaled Mashal, cuyas acusaciones de "corrupción y traición" contra Al Fatah han encendido la mecha de las hostilidades, tensiones y enfrentamientos.
El incidente más grave se produjo en la ciudad de Gaza cuando decenas de militantes armados de Al Fatah rodearon el edificio del Ministerio de Salud para exhibir dos reivindicaciones. Por un lado, anular el recorte en el presupuesto sanitario que el Ejecutivo de Hamás pretende aplicar (1,6 millones de euros); por otro, exigir al ministro integrista Basem Neim que permita que un simpatizante de Al Fatah, enfermo de cáncer, sea tratado en un hospital en Israel a la cuenta de la ANP. Los milicianos irrumpieron en el edificio y se enfrentaron a las fuerzas de seguridad del ministerio y a activistas de Hamás en un intenso tiroteo que acabó con tres heridos, uno de ellos en estado crítico. El hecho de que el ministro llamara en su defensa a los milicianos de Hamás en lugar de a la policía refleja la permanente sensación de estar al borde de la guerra civil.
El Gobierno de Egipto continúa interviniendo para apagar las llamas palestinas. En la madrugada del sábado, en la residencia en Gaza de un diplomático egipcio, se dieron cita dirigentes de ambas facciones para apaciguar los ánimos tras las palabras de Mashal y la lucha por el control de los organismos de seguridad. El portavoz de Hamás, Sami Abu Zuhri, y el jefe del brazo armado del grupo, Ahmed al Yafari, se reunieron con Samir al Masharaui y Maher Makdad, dirigentes de Al Fatah. Tras varias horas y la decisiva mediación egipcia, acordaron "una tregua y un esfuerzo para garantizar la unidad de los palestinos".
Reunión de alto nivel
Pero el acuerdo fue papel mojado. En Gaza se espera una inminente reunión entre el presidente Abbas y el primer ministro y líder de Hamás, Ismail Haniya. Ambos deberán tratar la decisión del Gobierno de crear un nuevo cuerpo policial, formado por milicianos, y la designación como hombre fuerte del Ministerio de Interior de Jamal Abu Samhadana, destacado líder de un grupo armado.
Ayer, las posturas seguían distantes; es decir, Hamás ignora el veto presidencial, que considera "una acción con el sello de Israel", y Abbas insiste en anular por decreto dichas decisiones y exigir a Haniya que reconozca los acuerdos firmados entre la ANP y el Gobierno israelí.
Haniya afronta un dilema complicado. Está a medio camino entre dos estaciones, la moderación representada por Abbas y la radicalización, que abandera Mashal. El primer ministro necesita el apoyo exterior de Hamás, pero también la legitimidad que le podría proporcionar el presidente. En cierto sentido, se viven dos disputas, una pública entre Al Fatah y Hamás, y otra más discreta entre las dos corrientes del movimiento integrista.
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