Aitana Sánchez-Gijón descubre la ironía sentimental de Martín Crimp
La actriz estrena en el CDN 'Cruel y tierno', del autor británico
Aitana Sánchez-Gijón no ha dejado los escenarios desde que tenía 13 años. Ahora está abducida por un texto como Cruel y tierno, del británico Martín Crimp, autor al que muchos consideran el heredero directo de Harold Pinter. La obra, protagonizada por la actriz y dirigida por Javier García Yagüe, se estrenará el día 27 en el teatro Valle-Inclán de Madrid, la nueva y flamante sede del Centro Dramático Nacional.
Crimp pone de relieve un irónico terrorismo sentimental al que la actriz y el director señalan como el gran descubrimiento del teatro europeo. Aitana está fascinada con el texto: "Me produce extrañeza, desconcierto, me revuelve las tripas, es muy duro y me hace reír, y mi personaje, Amelia, es una auténtica heroína trágica". El autor, de 49 años, ha recreado Las Traquinias, una historia de matrimonio y violencia de Sófocles que Crimp arroja a un mundo moderno de hipocresía política y terrorismo emocional.
"Es impresionante ver que esta historia de hoy es idéntica a la de hace siglos..., estamos con las mismas guerras, la misma locura", apunta Sánchez-Gijón, quien va directa al epicentro: "Aquí se habla de la responsabilidad de cada uno de nosotros sobre lo que sucede fuera..., todo está visto desde el terror, la guerra, y contado en una tierra de nadie, a través de una mujer que se aísla para sobrevivir mientras espera a su marido acusado de crímenes de guerra".
La actriz señala que en la obra están representados los poderes políticos, militares, mediáticos, sociales: "Se muestran las razones de cada uno para actuar como actúa, pero no es una obra maniquea, sólo obliga a reflexionar, no hay respuestas, sólo preguntas".
También habla con pasión de la maestría de Crimp para fusionar desgarro, rabia, humor: "Petrifica el corazón..., nos recuerda nuestra contradicción", señala la actriz, muy comprometida con este tipo de proyectos. "Si el espectador sale sacudido ya es algo, el teatro no es sólo un medio para vivir, tiene algo de trascendente, de sagrado, de catalizador de angustias y problemas. La función social del teatro es levantar esas vendas que llevamos en los ojos, quizá por eso elijo siempre esos textos".
"No hay nada como la excitación, la creatividad, la búsqueda, la libertad y el proceso de trabajo que se da en el teatro, es mágico crecer con una respiración compartida porque los que formamos parte del proyecto nos convertimos en un único ser vivo que respira conjuntamente". Ella ha respirado, entre otros, con el gran José Luis Alonso, Miguel Narros, Emilio Hernández, Adolfo Marsillach, Mario Gas, Daniele Abbado o Joan Ollé, este último en La verdad de las mentiras, experiencia escénico-literaria en la que comparte escenario con Mario Vargas Llosa y con quienes repetirá este verano en el Festival de Teatro de Mérida con el espectáculo Odiseo y Penélope.
Ahora se muestra encantada de estar a las órdenes de Javier García Yagüe, joven y prestigiado director del teatro alternativo y también abducido por Cruel y tierno: "Es gran teatro, un lujo en medio de la banalidad teatral que nos rodea", dice él.
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