El petróleo alcanza 71,62 dólares y registra el quinto récord consecutivo
El alto riesgo de inflación eleva el oro y la plata a niveles máximos en más de 20 años
La tensión geopolítica no dio ayer tregua a los mercados de petróleo. La crisis nuclear iraní volvió a impulsar los precios, de forma que el barril de crudo brent con entrega en junio, el contrato de referencia en Europa, marcó su quinto récord consecutivo al alcanzar los 71,62 dólares. En EE UU, el petróleo West Texas intermediate con entrega en junio llegó a 70,45 dólares, pero no superó su máximo histórico. En los mercados de metales, el oro y la plata, valores refugio cuando los inversores anticipan periodos de inflación, alcanzaron sus niveles más altos de los últimos 25 y 23 años, respectivamente.
Las aspiraciones nucleares de Irán, cuarto productor mundial de crudo, se vieron confirmadas la semana pasada, cuando el presidente del país, Mahmud Ahmadineyad, anunció al mundo que el régimen de Teherán ha logrado producir suficiente uranio enriquecido como para alimentar un reactor nuclear.
Previamente, durante el fin de semana del 8 y 9 de abril, medios de comunicación como The Washington Post y la revista New Yorker informaron de los planes que Washington ha puesto en marcha para lanzar un ataque militar contra Irán.
Tradicionalmente, el brent del mar del Norte ha sido entre uno y dos dólares más barato que el crudo tejano. Sin embargo, la crisis iraní ha invertido las posiciones. Europa importa petróleo de ese país y EE UU, no, debido a que impuso sanciones a Irán tras la revolución de 1979, que expulsó al Sha del trono e instauró el régimen de los ayatolás. El West Texas intermediate alcanzó su máximo histórico (70,85 dólares) el pasado 30 de agosto, tras el paso del huracán Katrina, que arrasó la costa del golfo de México, donde EE UU produce la tercera parte de su petróleo. Ayer rebasó los 70 dólares, pero sin superar aquel récord.
La actitud desafiante de Amadineyad agudizó la inquietud en un mercado de crudo ya de por sí tenso por la fuerte demanda que proviene, sobre todo, de China. Una situación que no tiene visos de amortiguarse por este flanco. El presidente del gigante asiático, Hu Jintao, anunció el pasado domingo que, según una primera estimación, la economía china creció en el primer trimestre de este año un 10,2% respecto al mismo periodo de 2005.
Inestabilidad geopolítica
Pero hay otras fuentes de inestabilidad geopolítica. Los ataques de las milicias nigerianas rebeldes en el delta del Níger han provocado una caída de casi un 25% en la producción del primer país petrolero de África. Irán y Nigeria se suman así a la situación de guerra civil de hecho que vive Irak, tercer productor mundial del crudo, tras la intervención militar estadounidense de 2003. Chad, que produce 160.000 barriles de crudo al día, amenaza con abrir otro frente africano. El pasado sábado, el Gobierno de dicho país advirtió de que interrumpirá el suministro si no se liberan los fondos concedidos por el Banco Mundial para la construcción de un oleoduct
o.
Para colmo, en EE UU aumentó la semana pasada el temor a que la capacidad de refino del sistema sea insuficiente para satisfacer la demanda de gasolina, que se espera entre en su periodo de mayor tirón a finales de mayo y se prolongue hasta finales de agosto. El Departamento de Energía anunció que las reservas de gasolina cayeron un 7,9% el mes y medio anterior, hasta 207,9 millones de barriles. El precio de la gasolina en Estados Unidos, un país que depende de forma vital del uso del automóvil, ha subido un 42% desde principios de año.
El galón -medida de capacidad equivalente a unos cuatro litros- llegó a intercambiarse ayer en el mercado de futuros a un mes a 2,127 dólares, el máximo precio intradía desde el pasado 3 de octubre. La utilización del etanol como aditivo de la gasolina en lugar del metil-ter-butil-éter (MTBE), debido a una reforma en la legislación medioambiental estadounidense, también podría convertirse en una dificultad adicional para el suministro.
La subida del petróleo y el anticipo de un periodo de tensión inflacionista se dejó sentir también el mercado de metales preciosos. El contrato sobre oro con entrega en junio subió ayer 18,7 dólares, hasta cerrar en 618,8 la onza, no sin antes haber tocado los 619,3 dólares, su nivel más alto desde diciembre de 1980. La onza de plata se llegó a pagar a 13,38 dólares, el precio más alto desde marzo de 1983, aunque terminó la sesión en 13,365 dólares, con un alza del 4% respecto al cierre previo.
Las Bolsas estadounidenses se vieron ayer arrastradas por la situación en el mercado de crudo y los comentarios de un alto cargo de la Reserva Federal, que aseguró que el banco central deberá mantenerse en actitud "vigilante" para contener la inflación. El índice Dow Jones terminó la sesión con un retroceso del 0,57%, hasta 11.073 puntos. Horas antes, Tokio cerraba con una caída del 1,35%. Las Bolsas europeas no abrieron por ser un día festivo.
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