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Otegi sostiene que participó en un acto en recuerdo de Argala pero que no enalteció a ETA

El fiscal reclama 15 meses de prisión y siete años de inhabilitación para el líder de Batasuna

El dirigente de Batasuna Arnaldo Otegi, que el viernes salió de la prisión de Soto del Real tras pagar una fianza de 250.000 euros, volvió ayer a la Audiencia Nacional para ser juzgado por un delito de enaltecimiento del terrorismo, por el que el fiscal solicita para él 15 meses de prisión y siete años de inhabilitación. Otegi, que participó en un acto de homenaje al histórico dirigente de ETA José Miguel Beñarán, Argala, en Arrigorriaga (Vizcaya), a los 25 años de su asesinato, admitió que se trató de un acto en recuerdo de la figura política del etarra, pero no un enaltecimiento de ETA.

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Otegi y la legalidad

El fiscal Jesús Santos acusa a Otegi de participar en un acto de homenaje a la figura del jefe de ETA militar que ejecutó el atentado que hizo volar al presidente del Gobierno de 1973, el almirante Carrero Blanco.

El acto se celebró el 21 de diciembre de 2003, en Arrigorriaga, el pueblo natal de Argala, precisamente cuando se cumplía el 25 aniversario de su asesinato a manos de terroristas dirigidos desde los aparatos del Estado. En el escenario, junto a la foto del terrorista muerto se instaló una pancarta con el lema Organizar la independencia y el socialismo. Luchar merece la pena 1978-2003.

En el acto intervino Otegi, entonces portavoz de Sozialista Abertzaleak, que animó a los concentrados a favorecer la denominada "Propuesta de Bergara", que consistía en la formación de un frente común de todos los nacionalistas para "lograr la libre determinación y la libertad de los presos de ETA". Otegi equiparó esa propuesta a la que en 1977 formuló Argala en Biarritz entre miembros de ETA y el PNV y que como no salió bien, "hoy se cumplen 25 años de lucha".

Durante todo el juicio, Otegi estuvo distendido, haciendo bromas con su abogada Jone Goirizelaia, incluso cuando el tribunal rechazó la petición de ésta de que se suspendiera la vista por supuestos defectos formales.

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No contestó al fiscal

Cuando le tocó declarar, se negó a contestar a las preguntas del fiscal, más por pose que por temor a equivocarse en el mensaje que tenía que transmitir. De hecho, con las respuestas ofrecidas a preguntas de su letrada contestó las que había formulado el fiscal.

Con lenguaje sencillo, explicó tres ideas básicas: que fue invitado al acto por los familiares de Argala, que no fue un homenaje, sino un acto en recuerdo del personaje político y que se trató de un acto político en el que dar a conocer una propuesta electoral.

Agregó que Argala había sido amnistiado en febrero de 1978, por lo que meses después, cuando fue asesinado en diciembre de ese año "por los aparatos del Estado español", estaba en pleno uso de sus derechos civiles y políticos, ya que no tenía procesos judiciales pendientes, ni había sido condenado.

Indicó que aprovechó el acto para recordar cómo una generación de vascos había hecho una propuesta de salida del franquismo y que 25 años después ellos habían hecho en Bergara "la misma propuesta, que consistía en acudir a las elecciones en una lista única" en la que todos reclamaban "el derecho de autodeterminación". Por ello, según dijo, había expuesto que 25 años atrás se había desperdiciado una oportunidad para lograr un escenario de paz estable y duradera: "De nuevo ofrecíamos una segunda oportunidad y deseábamos que se aprovechara. No era en absoluto apología del terrorismo, sino un acto de carácter político y electoral".

Dos agentes de policía que habían elaborado sendos informes sobre Argala, destacaron que fue director de la oficina política de ETA, que a pesar de ser amnistiado, siguió impartiendo cursillos de armamento a otros terroristas y que reclutó a los miembros franceses del comando itinerante, el más sanguinario de la banda, que fue dirigido por Henri Parot y que tras la muerte de Argala tomó su nombre, en homenaje.

También declararon como testigos varios asistentes al acto de Arrigorriaga, quienes señalaron que se trataba de recordar a Argala en el aniversario de su asesinato, y que no hubo gritos en favor de ETA.

Una concejal de la localidad vizcaína señaló que todos los años se celebran actos similares, en el mismo lugar, la plaza Argala, (el Ayuntamiento decidió hace años cambiar el nombre de la plaza de España por el del asesinado) con ofrendas florales, y bertzolaris -también en 2004 y 2005- y sólo se ha perseguido a Otegi por el acto de 2003.

El fiscal, sin embargo, recordó que Batasuna había sido ilegalizada y que éste era uno más de los subterfugios ideados por la izquierda abertzale para burlar la suspensión de actividades decretada por el juez. Pidió una sentencia condenatoria para él por entender que la mera presencia de Otegi y la utilización del doble lenguaje, supone el rebasar la línea fronteriza de la provocación. La semblanza de lo que es la significación de Argala es para el fiscal la contribución moral a la actuación de la banda terrorista ETA y es lo que representa esa forma de comisión del delito de enaltecimiento del terrorismo.

La abogada de Otegi, en cambio, reclamó la absolución. Se preguntó por qué si en el acto participaron cinco personas sólo se juzgaba a Otegi. Destacó que era parlamentario en esas fechas y que podía convocar los actos políticos que quisiera y precisó que su actuación debe entenderse en el marco del ejercicio de la libertad de expresión y del derecho a la participación política. Concluyó señalando que el acto del año pasado en recuerdo de Argala fue igual y que no se ha perseguido. "La única diferencia", dijo, "es que Otegi no participó". La sentencia se conocerá en dos semanas.

Arnaldo Otegi, a su llegada a la Audiencia Nacional.
Arnaldo Otegi, a su llegada a la Audiencia Nacional.CLAUDIO ÁLVAREZ

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