Es una suerte tener amigos

La frase del título la dijo Luis Pastor al ratito de empezar su concierto. A lo largo del mismo, se vino a demostrar su certeza. El cantautor acaba de publicar un disco, Dúos, que recopila las canciones que ya había cantado con amigos en su trilogía de CD-libros Diario de a bordo, Por el mar de mi mano y Soy, a la que se añade una inédita -hasta ahora- versión con Bebe de Aguas abril.

La mayoría de los que reaparecen en Dúos estuvieron con Pastor el miércoles para arroparle en su presentación. Pedro Guerra fue el primero en aparecer, después de que Pastor abriera el recital con toda su declaración de principios, En las fronteras del mundo. Cantaron juntos Ángel caído y Tres cruces, con toda la complicidad guiños de cariño posibles. Miguel Ríos puso swing y entereza a Mar de lágrimas, una canción que tan bien describe ese mundo de Pastor que conjuga la tristeza con la ternura y la pasión. El brasileño Leo Minax le ayudó en Labios de sal, el cubano Luis Barbería en Lava que quema, Javier Álvarez en Por esos días, Bidinte en Los caminos del amor y el portugués João Afonso en Paz de Santiago. La atención se centraba en Bebe y la canción estrella del disco, Aguas abril. Bebe la cantó sentada en el suelo. Era su manera de demostrarle a Pastor confianza y amistad,

Pastor acabó con No a la guerra, en la que pudo verse hasta a un par de ministros (Juan Fernando López Aguilar y María Antonia Trujillo) corearla con tanta alegría como el resto de amigos.