¿Cree que puede darse en otras zonas costeras la corrupción de Marbella?
Sí, dado el poco castigo que reciben este tipo de actos. Cejudini.
Cuando terminen con Marbella, dense una vueltecita por todas las costas de Huelva y se quedarán perplejos. Onubense.
No lo olvidemos: el caso Tamayo-Sáez en la Asamblea de Madrid es tal para cual. Minerva.
En todo nuestro litoral se está edificando salvajemente y transgrediendo la ley con recalificaciones hechas a golpe de talonario y en las que en unas horas se ganan millones de euros. JavierG.
La corrupción urbanística ha sido la característica del "desarrollo" de la franja mediterránea desde hace décadas. Como ejemplo, el macroproyecto urbanístico que se está construyendo cerca de Castellón, que incluye, entre otras lindezas, playas artificiales, tres campos de golf y una pista de esquí (con nieve de verdad) al aire libre. ¿Quién autoriza estas aberraciones? Isabel.
Echen un vistazo en la Comunidad Valenciana. Por ejemplo, ¿qué ocurre con el caso Fabra en Castellón? Murphy.
¡Que el fiscal anticorrupción actúe en Tenerife ya! Agus.
Aquí en Mallorca se construye de forma desaforada y sin respetar ningún plan urbanístico previo. La compra de ladrillo en Mallorca es el paraíso del blanqueo de dinero. Dedea.
¿Zonas costeras? ¡Toda España! El ladrillo es el poder, desde la política al fútbol. Agrojo.
La costa mediterránea es una entidad separada del Estado español, con su economía, sus grandes bolsas de fraude fiscal, a la Seguridad Social y a la Sanidad pública, y sus propias leyes (amiguismo, mordidas, omertà). Tetradracma.
Lo peor de todo es que la corrupción moral afecta a todo el entramado social: el agricultor propietario de tierra, el Ayuntamiento, el promotor sin escrúpulos, aliado muy a menudo a cajas de ahorro... Leonardo Mora.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.