La Sindicatura alerta de graves insuficiencias en el control de los mataderos
Salud Pública exige la presencia de veterinarios durante las inspecciones de los animales antes y después de su ejecución en los mataderos. Pero la industria cárnica catalana no siempre cumple con estas cautelas. Así se desprende de un informe sobre los ingresos por tasas del Departamento de Salud de la Generalitat entre los años 2002 y 2004, que denuncia irregularidades en las labores de control de los mataderos.
En 88 de los casos analizados en estos tres años, los auxiliares de inspección veterinaria "no se presentaron a las operaciones de sacrificio". En 84 casos más, los inspectores "estaban de vacaciones y no fueron sustituidos", "abandonaron el control de los sacrificios antes de su finalización" o ""causaron baja sin ser sustituidos". El informe de la Sindicatura detecta un reguero de irregularidades, entre las que destacan los incumplimientos de los horarios de trabajo, la dotación insuficiente de personal de control en algunos mataderos o las deficiencias en los conocimientos del personal contratado.
Los problemas no acaban ahí. La Sindicatura detecta numerosos incumplimientos en la liquidación de las tasas que deben abonar los mataderos, hasta el punto de que el informe afirma que se dejan de cobrar 1,1 millones de euros anuales por este concepto. "Ninguno de estos incumplimientos ha supuesto actuaciones por parte del Departamento de Salud", según el estudio, pese a que el área que dirige Marina Geli aseguró en un comunicado de octubre de 2004 que nunca ha dejado de cobrar ninguna tasa a los mataderos.
Los veterinarios de la Generalitat habían denunciado en esas fechas falta de medios, escasez de personal, mala coordinación y hasta agresiones en las tareas que realizan en los mataderos, y denunciaron "la laxitud" en la recaudación de las tasas de inspección que debe abonar la industria cárnica, extremo que ahora confirma el informe.
La Sindicatura denuncia también diversas irregularidades en los convenios firmados con la Fundación Alimentaria Cárnica Catalana y la Fundación Privada de Industrias de la Carne, vinculadas a la patronal del sector. La Generalitat suscribió ambos convenios ante la falta de veterinarios y la necesidad de desarrollar conjuntamente la figura del auxiliar de inspección veterinaria.
La Sindicatura detecta irregularidades en los convenios firmados con las dos fundaciones, una de las cuales incluso ha recibido diversas subvenciones sin haberse inscrito en el registro del Departamento de Justicia de la Generalitat.
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