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Hombres armados de Al Fatah retan al Gobierno de Hamás en la calle

El primer desafío al Gobierno palestino de Hamás no ha tardado ni 48 horas en presentarse, al modo en que suele plantearse en Gaza y Cisjordania. A balazos. Y procede de las facciones armadas de Al Fatah, el partido del presidente, Mahmud Abbas. Las refriegas se suceden desde que el viernes Abu Yusef al Quqa, dirigente de los Comités de Resistencia Popular, organización que acoge a milicianos procedentes de diversos grupos, muriera en la ciudad de Gaza tras explotar su vehículo.

Sus seguidores acusaron al Servicio de Seguridad Preventiva, dominado aún por agentes fieles a Al Fatah. Durante su entierro fallecieron tiroteadas otras tres personas. El Ejecutivo del primer ministro, Ismail Haniya, uno de los líderes islamistas en Gaza, se reunió de urgencia y anunció que se propone terminar con los habituales despliegues de armas por las calles. Las tornas han cambiado. Si antes de 2005 eran los activistas de Hamás quienes hacían la vida imposible a las autoridades de Al Fatah, ahora son los partidarios de esta formación quienes boicotean a los gobernantes fundamentalistas.

Haniya declaró ayer por la mañana: "No creo que aparezcan más hombres armados. El incidente ha pasado por el momento, y confío en que no habrá más consecuencias". Pero las hubo. Horas después, tres centenares de activistas de Al Fatah disparaban sus fusiles al aire en el centro de Gaza y exigían la detención de Abu Abir, cabecilla de los Comités de Resistencia Popular, al que responsabilizan de las muertes durante el sepelio, entre ellas la de un policía.

Objetivo primordial

La seguridad en los territorios palestinos, especialmente en la anárquica franja de Gaza, es el objetivo primordial del Gobierno de Hamás. "Será necesario tiempo para que la cultura que ha dominado las calles palestinas en los últimos años se transforme en respeto a la ley y el orden", afirmó Haniya.

El ministro del Interior, Said Siam, ahora al frente de 70.000 agentes de varios cuerpos, la mayoría de ellos leales a Al Fatah, tiene ante sí una tarea ímproba. El primer ministro palestino, Haniya, aseguró el viernes que es imprescindible "evitar el deslizamiento hacia la guerra civil" y se inclina, por el momento, por los llamamientos a la calma. Aunque un alto responsable de Interior, que prefirió no dar su nombre, afirmó que el Gobierno de Hamás empleará toda la fuerza necesaria para terminar con los desmanes.

Los implicados ya se señalan con nombres y apellidos. Abu Abir, líder de los Comités de Resistencia Popular, ha acusado al diputado de Al Fatah y ex jefe de la Seguridad Preventiva, Mohamed Dahlan, de estar detrás del asesinato de Al Quqa. Y los partidarios de Dahlan claman que las muertes acaecidas tras el entierro de Al Quqa no pueden quedar sin castigo.

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