El fiscal pide dos años de cárcel para el ex alcalde de Belauntza por acoso laboral

La fiscalía de San Sebastián solicita dos años de cárcel para el ex alcalde de Belauntza, Jesús María Zalaya, que será juzgado en San Sebastián junto al ex secretario del consistorio y a otros tres trabajadores del ayuntamiento como responsables de un delito de coacciones por haber sometido al acoso laboral a una secretaria municipal designada por la Diputación de Guipúzcoa cuando ésta acudió a realizar su cometido. Pide también ocho años de inhabilitación para el ex alcalde por el delito de prevaricación y dos más por desobediencia y el pago de 4.800 euros de multa por desobediencia.

El fiscal considera que, de los tres trabajadores, Ignacio Basasoro, el secretario municipal que precedía a la presuntamente acosada, es además responsable de un delito de usurpación de funciones públicas por el que le pide otros dos años de cárcel.

Los hechos se produjeron al intervenir la Diputación foral en este ayuntamiento designando, en abril del 2002, una nueva secretaria en sustitución de Ignacio Basasoro. Este estaba desempeñando esta función "de manera irregular" desde 1987 hasta febrero del 2002, fecha en la que el Tribunal Superior vasco declaró nulos varios acuerdos plenarios por su "falta de habilitación".

La nueva secretaria fue recibida con fuertes presiones para disuadirle de ocupar el puesto. Por ejemplo, un administrativo, la técnica de cultura y un alguacil ahora acusados le entregaron un escrito pidiéndole que no tomara posesión para no "colaborar con el cese" de Basasoro.

Cerrado con llave

Al escrito le sucedieron las actitudes de los tres trabajadores para impedir que pudiera desarrollar su trabajo. Según el fiscal, se le pusieron todo tipo de obstáculos de forma que no podía acceder a su despacho, que seguía estando ocupado por Basasoro, ni a la documentación que necesitaba porque la secretaría estaba cerrada con llave.

El entonces alcalde por EH, Imanol Olano, requirió en repetidas ocasiones a Basasoro para que entregara a la nueva secretaria las llaves del despacho, a lo que éste se negó. El alcalde ordenó cambiar la cerradura. Este incidente provocó el despido de Basasoro por parte del alcalde. La asamblea municipal de Batasuna pidió a éste que dimitiera, a lo que accedió. En su lugar fue nombrado Jesús María Zalaya, quien reincorporó a Basasoro inmediatamente a la plantilla y ordenó a la nueva secretaria desalojar el despacho y ponerse a las órdenes de Basasoro.

La secretaria le pidió que le trasladara las órdenes por escrito y el alcalde respondió con una nota en la que le culpaba de los problemas del consistorio por su "comportamiento desafiante y provocador". La secretaria cogió la baja por "trastorno adaptativo con ansiedad" y comunicó a la Diputación la imposibilidad de trabajar en esas condiciones.