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FÍSICA

Nuevo impulso al Laboratorio Subterráneo de Canfranc

El Laboratorio Subterráneo de Canfranc (Huesca), una instalación de física que dio sus primeros pasos hace dos décadas aprovechando el antiguo túnel del ferrocarril bajo los Pirineos, recibe ahora un importante impulso al haberse construido nuevas salas para alojar futuros experimentos. Además, pasa a ser gestionado por un consorcio del Gobierno de Aragón, el Ministerio de Educación y Ciencia (MEC) y la Universidad de Zaragoza.

El convenio se firmó el pasado lunes en la nueva sala experimental, aún vacía, de 600 metros cuadrados de superficie y adyacente a una segunda sala de 150 metros cuadrados. Las instalaciones están entre la antigua galería del ferrocarril y el nuevo túnel que une España con Francia, a 800 metros bajo el macizo de El Tobazo.

Los laboratorios subterráneos se esconden en túneles o en antiguas minas, para que la roca haga de pantalla natural frente a radiaciones cósmicas que contaminarían los registros de los detectores. Estos pretenden cazar, por ejemplo, partículas elementales que apenas interactúan con la materia, como los neutrinos, para explorar sus propiedades, o incluso buscar partículas desconocidas hasta ahora.

La inversión realizada para la ampliación del laboratorio de Canfranc es de 3,7 millones de euros, financiados por el Gobierno de Aragón y fondos de la UE. El coste de funcionamiento para los próximos diez años se estima en 21,5 millones de euros, de los que 18,5 serán financiados por el MEC. El Presidente del Gobierno de Aragón, Marcelino Iglesias, la ministra de Educación y Ciencia, María Jesús San Segundo, y el rector de la Universidad de Zaragoza, Felipe Petriz, firmaron el convenio de gestión y funcionamiento del laboratorio.

Instalaciones europeas

En Europa hay otras tres instalaciones subterránea de este tipo, siendo la más importante la de Gran Sasso, bajo los Apeninos, en Italia. Las otras dos son la de Modane, en el túnel del Frejus (Francia) y la de Boulby (Reino Unido).

El comité científico asesor del laboratorio de Canfranc, que preside José Bernabéu, ha evaluado ya propuestas de detectores para las nuevas instalaciones. El primero, que podría instalarse este verano, sería BiPo, prototipo del experimento francés Supernemo, diseñado para explorar propiedades específicas de los neutrinos. Además, han recibido aprobación otros tres experimentos: uno de Suiza, otro del Reino Unido y otro de la Universidad de Zaragoza.

El túnel de Canfranc empezó ser usado en los años ochenta por un grupo de física de la Universidad de Zaragoza liderado por Ángel Morales, que fue su impulsor permanente hasta su fallecimiento en 2003. En 1995 se inauguraron unas pequeñas salas en las que se instalaron tres detectores de partículas. Los los medios ahora son más ambiciosos.

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