El malestar del personal de servicios
Retribución, control horario e irrelevancia interna explican el rechazo del PAS al rector Tomás
¿Qué tienen en común el trabajo del podador del jardín botánico, el de un administrativo y el del gerente de la Universitat de València? Poca cosa, más allá de que los tres son Personal de Administración y Servicios (PAS). Un colectivo universitario integrado por 1.851 empleados y organizado en cerca de un centenar de categorías profesionales. Cifra esta última que un representante de los trabajadores reconoce como francamente "inmanejable" a la hora de negociar condiciones laborales.
El PAS, como colectivo, sí presenta algún rasgo definitorio: Es, de largo, el estamento que más participa en las elecciones de la Universitat de València. En las históricas votaciones a claustro de 1986 -por entonces el claustro tenía la competencia de elegir al rector- lo hizo el 92,53%. En las siguientes citas electorales su entusiasmo fue mermando, como en el resto de los colectivos, pero aún así alcanzó el año 2002 con un respetable 75,82% de participación. Hace casi un mes, el 1 de marzo, el PAS volvió a ser el cuerpo más activo: Votó el 59,2% en unas elecciones carentes de misterio, dado que Francisco Tomás era el único candidato a rector. Lo nuevo fue que 811 de los 1.101 votos del personal de administración fue blanco o nulo, lo que representa un 70% del total.
Los resultados del 1 de marzo aguaron relativamente la apacible reelección de Tomás, y sobre todo tomaron a más de uno desprevenido. Se esperaba una participación baja y el descontento entre el PAS era conocido. Pero sólo la CGT -la organización más votada en las últimas elecciones sindicales- hizo abiertamente campaña por el voto en blanco.
¿De qué se alimenta ese malestar? "Lo que pasa es que el PAS no se ha sentido escuchado en estos cuatro años. Tomás empezó bien, firmando un acuerdo sobre la homologación -somos el PAS peor pagado y con peores condiciones laborales de la Comunidad Valenciana- con el que se pretendía avanzar hacia una equiparación con el resto de compañeros", afirma Francisco Tévar, representante claustral y miembro del sindicato STEPV.
"Pero por alguna razón, Paco cambió, firmo después un acuerdo con dos centrales sindicales y de alguna forma renunció a ese objetivo. Luego vino lo del control horario, que se impuso unilateralmente, sin negociar el sistema, y sólo al colectivo PAS cuando ya teníamos un sistema común con el PDI (profesores). Nos manifestamos contra él", prosigue Tévar, "recogimos 900 y pico firmas, nos concentramos en el rectorado, presentamos una queja al Síndic de Greuges y la respuesta fue ninguna. Ni siquiera 'vamos a ver cuál es el problema'. Era un poco aquello de todo para el pueblo pero sin el pueblo: Todo para el PAS, según ellos, pero sin contar para nada con nosotros".
El rectorado firmó el segundo acuerdo con CC OO y UGT. Con él, además del control horario, se introdujeron las 35 horas semanales y una flexibilidad horaria que les permite distribuirse dos horas de su jornada laboral como prefieran.
Fernando Casanova, de CC OO, afirma que a pesar de ello el control horario abrió una brecha en el PAS, y que debería aplicarse también a los profesores "con distintos métodos". Hubo sindicalistas que llamaron contra la insumisión. "Nosotros podemos ser muchas cosas, pero no irresponsables. Dile a un trabajador de fuera de la universidad, o que esté en paro, que unas personas tienen las 35 horas semanales no quieren fichar y se declaran insumisos".
"Lo que queremos es política de PAS para cuatro años. El problema es que ha predominado el corto plazo y no se pueden cambiar cada año de política y de criterios", concluye Casanova.
El sindicato más crítico ha sido y continúa siendo la CGT. "Hace poco el rector nos convocó a una reunión y nos calificó de ser 'el no por sistema', es su visión. Nosotros siempre hemos justificado por qué decimos que no. Nuestra interpretación de la realidad nos hizo decidirnos por el voto en blanco, porque el rector estaba claro quién iba a ser, y los compañeros mayoritariamente han votado en blanco. Así que el rector tendrá que plantearse si somos 'el no por sistema' o si estamos siendo portavoces de una realidad que no quiere escuchar", dice Armand Congost, miembro de la organización sindical.
Los tres sindicatos se muestran favorables a retomar el diálogo y los tres subrayan que la LOU les ha perjudicado al rebajar su presencia en los órganos de poder político de la universidad. Pero ni el STEPV ni la CGT son demasiado optimistas. El rector ha creado un vicerrectorado específico para el PAS. Congost afirma al respecto: "En la época del rector Pedro Ruiz ya hubo un vicerrector de PAS. Y nosotros acabamos pidiendo su dimisión. O sea que no creemos que esa figura sea garantía de nada".
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