El Juli, otra historia
En corrida triunfalista, El Juli fue otra historia. Nada que ver las orejas que él cortó con las que obtuvieron sus compañeros. La faena al segundo de la tarde fue el contrapunto a todo lo vivido en tarde tan derrochadora. Al buen toro de Jandilla, justo de motor, se lo llevó a los medios sin perder un segundo. Una vez allí, la mano izquierda fue la protagonista. Con el compás abierto, el toreo al natural fue tan expresivo como auténtico. Las series ligadas y bien atadas, sin vacíos. Gran faena de forma y contenido. E inteligente. Además, bien medida, pues cuando al toro se le encendió la reserva, El Juli montó la espada y se atracó de toro.
El quinto fue otra historia. Toro con distinto guión que el resto. Gordo, con poca cara, acochinado, en fin, no tuvo entrega en el capote. Pero sí se empleó en varas. Y nada fácil para la muleta. Cada embestida era una pequeña pero visible oleada. Sin llegar a ser violento, el de Jandilla puso a prueba a El Juli y éste al toro. La faena, sin llegar a ser un forcejeo, fue un toma y daca emocionante. No hubo respiro. Por tres veces el toro se quiso comer el terreno del torero y por tres veces El Juli resolvió con gallardía. A diferencia de la otra faena, en ésta los muletazos se contaban de uno en uno. No cabía otra opción. Además, arrancados con la ilusión y la fuerza de un novillero en estado de merecer.
Jandilla / Jesulín, Juli, Fandi
Toros de Jandilla, el primero lidiado como sobrero. Desiguales de presencia y nobles. Jesulín: oreja en los dos. El Juli: oreja en ambos. El Fandi: oreja y dos orejas. Plaza de Castellón, 26 de marzo. 8ª y última de feria. Casi lleno.
Jesulín, sobrado
Jesulín toreó casi a placer a sus dos toros. Más a su primero que al cuarto, aunque en aquél el exceso de suficiencia marcó una faena pulcra, aseada y correcta. También de escasa chispa. Un Jesulín muy sobrado ante un noble toro al que siempre toreó entre las rayas, más encajado y reposado sobre la mano derecha. En su segundo apuntó más hacia el toreo popular que en su día le encumbró. Otro buen toro ese cuarto, aunque de más corto viaje. Y de nuevo Jesulín sobrado en labor de menor limpieza, pero de mayor calado en un tendido que lo celebraba todo.
El Fandi fue banderillas y pare usted de contar. Al tercero de la tarde, masacrado en varas y que prácticamente se desangró en la muleta, no le dio tiempo ni opción de dar un pase. Eso sí, el recuerdo de un segundo tercio vibrante y pletórico le sirvió para que el público le pidiera la oreja. En el sexto, otra portentosa exhibición física, variada y en cualquier terreno. A este toro por plebiscito popular le puso hasta cuatro pares de banderillas. Con la muleta en la mano el panorama cambió. Al noble toro pero corto de embestida, lo toreó movidito, sin reposo, rectificando pero siempre con el público a favor.
De la corrida de Jandilla, muy desigual de presencia y en general pobre de cara, destacaron primero bis, segundo, cuarto y sexto. El tercero llegó moribundo al último tercio, y el quinto fue el punto negro de una buena corrida.
Babelia
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.