"Echo de menos el mar en esta ciudad tan agitada"

Se respira tranquilidad en este piso de la avenida del Mediterráneo (Retiro), justo al lado del metro de Conde de Casal. Aquí vive el profesor de taichi Tathata Kobayashi. Un hombre que puede ser considerado una representación de la globalización o de la integración de los pueblos. Nacido en Amsterdam, este nuevo madrileño es hijo de japonés y una alemana. A primeros de este mes cumplió 30 años. Sus modales revelan la educación de un oriental. Se ríe mucho y con sinceridad. Y muestra una serenidad capaz de provocar envidia a cualquiera.

La madre de Tathata es de Alemania, nació en Kiel, al norte del país. El padre, es un japonés de Nagano que emigró a Europa con 19 años en busca de una vida mejor. La pareja se conoció en Amsterdam en un curso de taichi, cuya práctica todavía une a esta familia.

Tathata llegó a Madrid el pasado octubre. "Siempre ha sido un sueño venir a España. Tengo un hermano que toca la guitarra. Otra hermana que vive en la isla de Ibiza, con su marido que es de León. Mi familia siempre ha tenido conexiones con la cultura española", explica con un fuerte acento alemán. Hablar español aún le cuesta. A veces quiere expresarse y no encuentra las palabras, mira hacia arriba como si ellas estuvieran sueltas por el aire. Y ríe de nuevo, con la naturalidad de quien ya está acostumbrado a esta situación.

Tatha, como le llaman los amigos, emigró para acompañar a su novia, la española Blanca, que está embarazada de dos meses y medio. Se conocieron en Alemania cuando ella estudiaba con una beca del programa Erasmus. "A veces me siento solo. Echo de menos los amigos y la familia. Por suerte tengo a mi novia, y estamos muy enamorados", dice.

En Madrid, Tatha trabaja en lo mismo que hacía en Múnich: da clases de taichi, disciplina que aprendió de su padre. "Era muy famoso por sus clases en Alemania", cuenta mientras enseña libros escritos por sus padres.

Al ser preguntado sobre su exacta nacionalidad Tathata ríe de nuevo: "Normalmente digo que soy alemán, pero hubo una época que no lo sabía exactamente. Por el fútbol, yo decía que era holandés. Pero, ahora me siento español", dice, y ríe de nuevo. Todavía prefiere la calma de Múnich. "No me gusta mucho Madrid, porque es muy agitada. Me gusta la gente y las numerosas actividades culturales. Pero es muy estresante. Hay demasiada gente y ruido", afirma.

Ve su futuro en España, pero no en Madrid. "Quiero vivir en un lugar que sea más tranquilo y que tenga mar. Necesito el mar", advierte.

Tathata empezó con clases gratis y ahora tiene en torno a 20 alumnos, da clases en academias y centros de actividades en Lavapiés y en la Puerta de Toledo. "En España son los jóvenes los que más se interesan en aprender taichi; en Alemania, en cambio, son los mayores", afirma.