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Crítica:POESÍA
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Browning, el nexo esencial

La posteridad ha dado a Robert Browning -nacido en Londres en 1812 y muerto en Venecia en 1889- el lugar de nexo ineludible entre el romanticismo y el siglo XX. Aunque su ídolo de juventud fue Percy B. Shelley, encontró su voz propia en un género tanteado por el poeta nacional del imperio inglés, Alfred Tenyson. Esa nueva forma, conocida como "monólogo dramático" y que tuvo en Browning a su insuperable hacedor, consiste en una máscara -un personaje- que se confiesa en el poema, a la manera de esas tiradas en las que se lucían los mejores actores shakespearianos. La intensidad lírica de sus monólogos no sólo acabaría por darle la celebridad en vida -es memorable la evocación de Henry James, quien, ansioso por conocerlo, encuentra a Browning convertido en una figura pública vanidosa y parlanchina- sino un puesto entre los clásicos modernos de la poesía inglesa.

LA LICENCIA Y EL LÍMITE

Robert Browning

Traducción de Carlos Jiménez Arribas

DVD. Barcelona, 2005

268 páginas. 13,80 euros

Su leyenda se forjó en buena

medida en la correspondencia con la que sería su esposa, la gran Elizabeth Barret, autora de los Sonetos del portugués. Ella era ya una poeta célebre cuando Browning empezó a escribirle. Huyendo del severo padre de Elizabeth se casaron en secreto y se instalaron en Florencia, donde ella murió en 1861; después el poeta regresó a Londres con su único hijo. Para entonces había publicado uno de sus libros fundamentales, Men and Women (1855), que contiene obras maestras como 'Fra Lippo Lippi' o 'Don Roldán llegó a la Torre Oscura' (uno de sus poemas más herméticos, del que se han hecho numerosas interpretaciones), ambos incluidos en La licencia y el límite. En estos y otros poemas de Browning se basaría Robert Langbaum para formular su célebre teoría de La poesía de la experiencia (1957; en castellano en editorial Comares, en excelente edición de Julián Jiménez Heffernan, 1997). El libro de Langbaum fue reconocido por Jaime Gil de Biedma como estudio esencial para entender la forma en que, a partir del romanticismo, el poeta "ha de expresar su conciencia de la precariedad y de los límites subjetivos de esa integración". Ese reconocimiento es, precisamente, el que ubica a Browning como figura fundacional en la objetivación de la experiencia moderna, que cristalizará, en el siglo XX, en poemas como Prufrock y Portrait of a Lady de T. S. Eliot. Entre los españoles, antes de Gil de Biedma, Cernuda fue quien utilizó mejor y más a conciencia esta tesitura, como él mismo apuntó en 'Historial de un libro': "Algo que también aprendí (...) de Browning fue a proyectar mi experiencia emotiva sobre una situación dramática, histórica o legendaria, para que así se objetivara mejor...".

En La licencia y el límite se

seleccionan treinta monólogos dramáticos ordenados cronológicamente, que abarcan el ciclo mayor de Browning, desde Dramatic Lyrics (1845) a Asolando (1889). El prólogo de Carlos Jiménez Arribas es una rigurosa y comprometida lectura e interpretación del género, y de la extensa e intensa atención crítica de que ha sido objeto. En la traducción, Jiménez Arribas prefiere la literalidad y resulta algo duro al oído por momentos. Browning no es un poeta fácil: si bien los monólogos tienen una textura narrativa, su relativismo apuesta mucho al matiz, a la sutileza con que se modula el "yo" de cada pieza. Allí radica también la densidad persistente de sus voces facetadas, que vuelven este libro muy atractivo para todo buscar las raíces menos evidentes -y muy poderosas- de la poesía de nuestro tiempo.

El poeta británico Robert Browning.
El poeta británico Robert Browning.CORBIS

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