La nueva postal del Vall de Boí

El paisaje es uno de los elementos que más suelen valorar los miles de turistas que todos los años visitan el Pirineo de Lleida. Éste es un territorio de una gran belleza natural que no siempre es respetado como se merece por el ser humano y que en algunas ocasiones podemos encontrar en él elementos introducidos de forma inconsciente que lo afean. Un ejemplo de ello es lo que durante mucho tiempo ha ocurrido en los prados del Vall de Boí (Alta Ribagorça), donde los ganaderos utilizaban bañeras domésticas como abrevaderos del ganado.

La Generalitat, en aplicación de la Ley de Protección, Gestión y Ordenación del Paisaje, ha decidido acabar con esta situación y ayer retiró 76 viejas bañeras metálicas que salpicaban la zona, y que, por ser de color blanco, difícilmente pasaban inadvertidas para el visitante, creando un gran impacto visual en un valle que tiene como principales atractivos sus magníficas iglesias románicas, declaradas Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, y ser uno de los accesos al parque nacional de Aigüestortes i Estany de Sant Maurici.

La reutilitzación de estas bañeras, desechadas por establecimientos hoteleros de la zona, es una práctica habitual en las zonas de montaña. Los ganaderos las trasladan a los prados en los que pasta su ganado, y de esa manera no tienen que preocuparse de llevar a los animales a beber al río. Esas bañeras, que tradicionalmente han sido recicladas en abrevaderos y que en ocasiones ofrecen una visión desordenada del entorno, han sido sustituidas por otros recipientes marrones de PVC, mucho más manejables y de menor impacto visual, sin ningún coste para los ganaderos.

Esta actuación simbólica de cómo quiere intervenir el Gobierno catalán en la preservación del medio natural surgió de un viaje efectuado a la zona por el consejero de Política Territorial y Obras Públicas, Joaquim Nadal, quien al ver la distorsión que ocasionaban en el paisaje propuso al alcalde de Vall de Boí y presidente del Consejo Comarcal de Alta Ribagorça, el convergente Joan Perelada, retirar las bañeras y sustituirlas por unos modelos de abrevaderos homogéneos más respetuosos e integrados en el paisaje del valle. La propuesta ha comportado una inversión de 25.220 euros.

Nadal destacó ayer la respuesta de los ganaderos, que no han puesto ningún reparo a la retirada de las viejas bañeras, principalmente porque no han tenido que sacar ningún euro de su bolsillo y han podido elegir el nuevo modelo. Una de las bañeras retiradas ayer estaba colocada a menos de 50 metros en línea recta de la iglesia románica de Sant Climent de Taüll.

El consejero Nadal explicó que la Generalitat tiene la voluntad de extender este tipo de actuaciones al resto de municipios de la comarca del Alta Ribagorça y de otras de montaña, sin limitarse a la retirada de bañeras, sino también a la de otros elementos que afean el paisaje, como por ejemplo los materiales de desecho, como los somieres, utilizados como vallas para delimitar los huertos o los prados. "Con esta primera operación queremos ejemplificar que se pueden hacer cosas sencillas, de poco coste y sin molestar a los agricultores", señaló Nadal.