La cofradía de pescadores se convertirá en un hotel de diseño

La antigua cofradía de pescadores, ubicada en la Barceloneta, será un hotel de diseño a partir del próximo verano. Los empresarios Joan Guals y Casto Portillo invertirán tres millones de euros en reformar el edificio y pagar un alquiler a los pescadores. Éstos se han visto obligados a arrendar el edificio para afrontar los gastos del gremio y sufragar las rentas de algunos asociados, que han dejado el oficio ante la caída de las capturas.

Los pescadores barceloneses llevan años denunciando la merma de sus capturas a causa de los vertidos de lodos -que fueron necesarios para la cimentación del puerto-, los dragados y los movimientos de obras que se han producido en el litoral de la ciudad en los últimos cuatro años. En este periodo, han sido numerosas las protestas que han efectuado. "Este año desaparecerá, por lo menos, la mitad de la flota pequeña de artes menores, que está formada por 24 embarcaciones", se lamentó ayer Pedro Junquera, presidente de la Cofradía de Pescadores de Barcelona.

La disminución de los ingresos ha supuesto la falta de cuotas para afrontar los gastos del gremio, que en parte van orientados a dar unas rentas "de subsistencia" a pescadores que se han visto forzados a abandonar el oficio por la falta de actividad o que han visto como sus capturas han caído de forma dramática. "Llevamos desde octubre en unos contenedores que están dentro del muelle. No hay otra forma para subsistir. Y también hay padres de familia que han visto como su negocio se ha ido a pique tras todos los vertidos y que necesitan el dinero", agregó

La única fórmula que han hallado ha sido la de arrendar su inmueble de dos plantas, ubicado en una zona muy codiciada por los hoteleros. De hecho, fuentes del sector aseguraron que el edificio había estado en el punto de mira de numerosos inversores privados. El edificio, en el número 54 de la avenida de Joan de Borbó, finalmente se alquilará a Guals y Portillo, dos empresarios del sector que a su vez compraron el proyecto que el Grupo Vroom realizó para levantar el Hotel 54 Port Barcelona.

Será un establecimiento boutique de tres estrellas. Bajo esta etiqueta se conocen hoteles de diseño, casi de lujo, con un volumen reducido de habitaciones, normalmente alrededor de 50. Suelen destacarse por su trato personalizado y la calidad del servicio, con independencia de las estrellas que luzcan. De hecho, la mayoría suele tener una categoría intermedia, de tres estrellas.Otros hoteles de este tipo en Barcelona son el Omm, La Florida, el Cram y el Camper. También el Casa Fuster está dentro de esta denominación, aunque ya se trata de un establecimiento de gran lujo.

Zona de ocio nocturno

El establecimiento tendrá 28 estancias, según la consultora especializada en hoteles Christie+Co, que ha asesorado la transacción. Dispondrá de una terraza destinada al ocio nocturno en la planta baja. "Se trata de construir un hotel moderno, de calidad y con un entorno agradable, pero también de ofrecer un nuevo centro de ocio nocturno para Barcelona en una zona que la ciudad ha recuperado con éxito", afirmó el consultor experto en hoteles boutique de Christie+Co, Juan Búrdalo. Además, aseguró que la apertura es una nueva oportunidad para romper la relación que suele efectuar el consumidor entre categoría oficial y calidad del servicio.

En un comunicado, los dos empresarios sostuvieron que la creación de un hotel boutique "responde a la necesidad del sector de orientarse al cliente" y adoptar estrategias que han funcionado en otros mercados. La nueva sociedad explotadora del edificio destinará tres millones de euros para rehabilitar y adaptar el espacio. Fuentes cercanas a la operación explicaron que el contrato de arrendamiento tendrá una duración de 25 años.