El metro refuerza la seguridad tras sufrir tres sabotajes en sólo dos días

Metro Bilbao decidió ayer reforzar la seguridad en la red del suburbano tras sufrir tres sabotajes el pasado fin de semana. El sábado desconocidos colocaron una barricada con troncos en plena vía y el domingo arrojaron un poste ardiendo. Ese día se descubrió a seis personas con bates de béisbol y palos, a los que se responsabiliza de realizar pintadas en una unidad del metro.

El refuerzo de los sistemas de vigilancia, que afectará tanto a los medios humanos como a los técnicos, entrará en vigor en las próximas semanas y se centrará en el fin de semana, según informó ayer la compañía a través de un comunicado.

La empresa que gestiona el metro ha detectado un "aumento considerable" de los actos vandálicos desde que se inició el año. Este fin de semana, el sábado, unos desconocidos colocaron en la vía, entre las estaciones de Larrabasterra y Berango, una barricada formada por seis troncos. Cada uno de ellos tenía el tamaño de una traviesa y fueron acompañados por piedras que impedían el paso de los trenes. Al día siguiente, y también de madrugada, varias personas que no fueron identificadas arrojaron a la vía, desde un puente ubicado entre Larrabasterra y Sopelana, un contenedor de basura y un poste que estaba ardiendo. El contenedor golpeó la protección de la catenaria (la que proporciona la energía para que transiten los vagones), lo que obligó a cortar la corriente eléctrica y provocó retrasos en el servicio.

En la madrugada del domingo, un empleado de limpieza vio a seis personas en el interior del túnel de Sestao con bates de béisbol y palos. A ellos se les responsabiliza de las pintadas que tenía una unidad del metro aparcada en el final del actual trayecto de la línea de la Margen Izquierda.

Metro Bilbao, que apeló ayer a la función social de este transporte, comunicó que se mantendrán las patrullas con perros que recorrerán andenes, trenes y pasillos con el fin de evitar incidentes. A ello se une el dispositivo de los vigilantes que portan teléfonos móviles para tener un contacto continuo con el puesto de mando y la Ertzaintza.