35 ingenieros militares van a Mauritania para levantar un campamento

El Ministerio de Defensa ha enviado a Mauritania un equipo de 35 ingenieros, al mando del capitán Alberto Salas Méndez, para levantar un campamento con capacidad para 200 personas. El objetivo de este campamento, que se instalará en los próximos días en el patio de una escuela de la localidad de Nuadibú, al norte del país, es albergar a los inmigrantes irregulares que sean devueltos por las autoridades españolas desde las islas Canarias.

El equipo, procedente del Mando de Ingenieros de Salamanca, viaja a bordo de un C-295 del Ejército del Aire que tiene previsto llegar hoy a Nuadibú. Dos aviones Hércules trasladan la maquinaria y el equipo necesario para construir el campamento.

Los ingenieros son expertos en castrametación; es decir, en construcción de campamentos. Además de alojamiento para las tropas enviadas a misiones en el exterior, esta unidad levantó un campo para refugiados en Albania durante la guerra de Kosovo, en 1999. El equipo incluye también a tres miembros del regimiento de transmisiones.

Las fuentes consultadas indicaron que las tiendas de campaña -con dormitorios, saneamientos y cocinas, entre otros servicios- se levantarán en pocos días y serán gestionadas por la Agencia Española de Cooperación Internacional (AECI). El propósito es que los inmigrantes devueltos por España sean alojados en condiciones dignas y no abandonados a su suerte en el desierto, como sucedió el pasado verano tras la crisis de las vallas de Ceuta y Melilla.

El colegio número 6 está a unos tres kilómetros del aeropuerto de Nuadibú, rodeado por chabolas. Según pudo comprobar EL PAÍS, ayer por la tarde trabajaban ya obreros mauritanos, con dos excavadoras y dos camiones para retirar escombros. Se trata de una escuela en desuso, cuyos pupitres habían sido apilados en el patrio. El recinto, de unos 10.000 metros cuadrados, está rodeado por un muro de cemento y las ventanas tienen barrotes.

Unos 140 subsaharianos están recluidos en el centro de seguridad regional de Nuadibú y en dos comisarias. La vicepresidenta María Teresa Fernández de la Vega anunció el sábado la devolución a Mauritania de 170 indocumentados -procedentes de Senegal y Malí-, aunque no dio fecha para ello. En Canarias hay ya 2,200 inmigrantes en centros de internamiento y todos deben ser puestos en libertad si en un plazo de 40 días no son devueltos.

La construcción de un campamento en Mauritania es la segunda intervención de Defensa, que ya ofreció cuarteles en Gran Canaria, Tenerife y Fuerteventura para instalar a 2.100 inmigrantes.

Fuentes de dicho departamento reconocen que con los medios de que disponen las Fuerzas Armadas es posible detectar una patera en cuanto se aleja de la costa africana rumbo a Canarias. El sistema más idóneo, según los expertos, es el avión de patrulla marítima P-3 Orion, con base en Jerez (Cádiz) y en proceso de modernización, cuyo radar puede identificar una pequeña embarcación a más de cien millas y transmitir los datos en tiempo real.

"El problema", aducen las mismas fuentes, "no es ver el cayuco, sino qué hacer con él. No se les puede interceptar en aguas internacionales, ni recogerlos y llevarlos en buques de guerra a Canarias". El problema es que decenas se ahogan en la travesía.