Hixienes obtendrá el 40% de los beneficios del aparcamiento de pago en su zona
La empresa del ex diputado del PP gallego tiene sólo 3.000 euros de capital social
Hixienes, empresa que en unión con Sufi gestionará una de las tres nuevas zonas de parquímetros de Madrid, tiene un capital social de sólo 3.005 euros. Sufi, por el contrario, cuenta con un capital de 17,1 millones. Pero, según los estatutos por los que se rige la UTE Sufi-Hixienes, Sufi se quedará con el 60% de los beneficios que se obtengan con la explotación de los parquímetros, e Hixienes, con el 40%. Sufi, además, financia "todas las inversiones necesarias". El apoderado de Hixienes es Juan Manuel Casares, ex diputado gallego del PP y amigo del concejal madrileño Pedro Calvo.
Los directivos de Setex (4,8 millones de capital social), una de las empresas que gestionan los parquímetros del centro de la capital desde 2002, no podían creerlo. Sufi, la empresa que compartía con ellos este negocio municipal desde hacía cuatro años, les abandonaba. Sufi, filial de Sacyr Vallehermoso, había decidido cambiar de socio y aliarse con Hixienes, una sociedad sin ningún tipo de experiencia en el negocio de los parquímetros y con un capital social de apenas 3.005 euros, menos de la mitad de lo que cuesta un solo parquímetro. Sufi e Hixienes se presentaron juntos al nuevo concurso en noviembre de 2005, y los responsables de Setex se vieron obligados a buscar con rapidez un nuevo socio.
Hixienes es propiedad de Juan Manuel Casares, ex diputado del PP en Galicia y ex compañero en Nuevas Generaciones -la rama juvenil del PP- del concejal de Seguridad, Pedro Calvo Poch, máximo responsable del servicio de parquímetros en Madrid. Ambos son amigos desde la década de los ochenta.
El concurso para gestionar los parquímetros fue resuelto el 18 de enero, cuando Calvo firmó el decreto de adjudicación. La unión de empresas (UTE) Sufi-Hixienes logró una de las tres zonas en juego. A cambio de gestionar el servicio de aparcamiento regulado (SER) en esa zona, recibirán 144 millones de euros a lo largo de 11 años. Setex, que finalmente concurrió en unión con Urbaser, así como otra gran empresa del sector, Dornier, filial de Cintra, perdieron el concurso. Y comenzaron las preguntas.
La primera que se hicieron los responsables de estas empresas fue cuál era el motivo para que Hixienes, que carecía totalmente de experiencia en el negocio, lograse tan importante pastel económico. En el pliego de condiciones del concurso se explica que "todas y cada una de las empresas" deberán aportar los documentos exigidos. Entre ellos figura la solvencia técnica (experiencia en el sector). Esta condición no la puede aportar Hixienes, porque nunca ha gestionado parquímetros. Además, el pliego requería, a cada una de las empresas, que demostrasen que tenían experiencia en parquímetros durante tres años en ciudades de más de 10.000 habitantes.
Recurso de anulación
Dornier, una de las empresas que no lograron el concurso, reclamó la anulación del proceso. En el recurso que presentó explicó que varios aspectos de su proyecto no fueron tenidos en cuenta y que el Ayuntamiento valoró algunos puntos de su propuesta con un único argumento: "No consta" [el documento].
Dornier, en una durísima réplica, insistió en que había presentado toda la documentación. Setex, que de momento no ha presentado recurso, indicaba lo mismo que Dornier: su propuesta había sido rechazada con el argumento de que no había presentado todos los papeles. Setex afirma que eso es falso y, además, insiste en que Hixienes no podía presentarse al concurso porque carecía de experiencia.
Pero el Ayuntamiento lo desmintió. Aseguró que Hixienes sí cumplía los pliegos del concurso y que una carta del alcalde de Cangas do Morrazo, José Enrique Sotelo Villar, así lo demostraba. El regidor aseguraba en dicha carta que Hixienes "viene realizando desde febrero de 2001 servicios para el Ayuntamiento [...] y de gestión de aparcamiento de vehículos, así como realizando asesoramiento para la instalación y desarrollo de las zonas de aparcamiento público regulado".
Hasta ahí, todo correcto, si no fuera por una salvedad: en Cangas no hay parquímetros. Su alcalde fue, además, parlamentario del PP por Pontevedra en 1997. Ocupaba el número 11; Casares, el dueño de Hixienes, era el 7. Sotelo y Casares, según admite el primero, son amigos.
El concejal de Movilidad de Madrid, Pedro Calvo, no da muchas explicaciones. Afirma que desconocía que Hixienes se hubiese presentado al concurso y recuerda que en Sufi trabajan ex altos cargos del PSOE.
La oposición municipal se pregunta por qué Sufi se alió con Hixienes, máxime cuando esta última empresa, según las actas de constitución de la UTE, no aportaba ni un solo euro. Sufi asumía la "financiación de todas las inversiones necesarias, necesidades de tesorería, adopción de avales y garantías, así como los gastos de preparación de la oferta del Ayuntamiento".
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