El Ayuntamiento dice que el 'botellón' fracasó y que el dispositivo fue correcto
Vecinos y comerciantes del Raval defienden la actuación policial
El concejal de Seguridad y Movilidad del Ayuntamiento de Barcelona, Jordi Hereu, calificó de "fracaso" el macrobotellón y sostuvo que el dispositivo para disolverlo "funcionó correctamente". El líder municipal de CiU, Xavier Trias, pidió al alcalde que convoque una reunión de partidos para consensuar la aplicación de la ordenanza de civismo. Los vecinos, comerciantes y restauradores del barrio defendieron la actuación policial.
El Ayuntamiento de Barcelona había desplegado el viernes por la noche más de 350 agentes de la Guardia Urbana y los Mossos d'Esquadra en varias zonas de la ciudad para impedir la celebración del macrobotellón, convocado para las 23.00 en la Rambla del Raval. En opinión de Hereu, la presencia policial disuadió a muchos jóvenes de acudir a la cita. "Como macrobotellón no existió, porque 500 personas en esa hora y en una gran ciudad es un fracaso como convocatoria", aseguró.
Las complicaciones surgieron, a su juicio, cuando un grupo de 200 jóvenes quiso instrumentalizar el acto para perpetrar "actos vandálicos". Hereu calificó de "correcto" el dispositivo y afirmó que los Mossos d'Esquadra actuaron en el momento "necesario". Pero la estrechez de las calles complicó la dispersión de los alborotadores, que tardó unas tres horas en lograrse. En total, se requisaron 49 botellas de cristal y 325 latas de cerveza.
Xavier Trias coincidió con Hereu en que "un grupo de 200 personas violentas" buscan "siempre el enfrentamiento con la autoridad" y sostuvo que todos los grupos deben "hacer piña" frente a los alborotadores. Por ello, reclamó al alcalde, Joan Clos, una reunión urgente de los grupos políticos que votaron la ordenanza de civismo para consensuar su aplicación. En cambio, Trias criticó que, a pesar de la presencia policial, se permitiera el consumo de alcohol en la Rambla del Raval. El presidente del PP en Barcelona, Alberto Fernández Díaz, confió en que "los grupos violentos" hayan "tomado nota" de la actuación policial y "no vuelvan a intentar una convocatoria" de este tipo.
Los vecinos y comerciantes del Raval expresaron su frustración después de ver el panorama que ofrecía el barrio ayer por la mañana: escaparates rotos, mobiliario urbano destrozado y papeleras y contenedores quemados. El presidente de la Asociación de Vecinos del Raval, Josep Garcia, quiso dejar claro que "el botellón nada tiene que ver con los destrozos que se han producido en barrio". "Estoy convencido que gran parte de la juventud que llegó no participó en estos altercados, sino que son los colectivos que siempre se añaden y provocan", aseguró Garcia. El presidente vecinal aplaudió la intervención policial porque los agentes "mantuvieron el tipo hasta que la situación pidió su intervención".
Más dura fue la reacción de la Federación de Comerciantes del Raval, que se mostró "indignada" por los altercados. En un comunicado, aseguró que sus asociados están "hartos" de sufrir estos destrozos, que creen que se producen de forma consciente. "Estos actos vandálicos van mucho más allá de reclamar el derecho o no de beber en la calle", señaló la entidad. "Rompieron cristales de las instituciones y de las tiendas con piedras de las obras, iban preparados con cócteles mólotov, con carbón de barbacoa y con gasolina para quemar contenedores", agregó.
En cambio, el presidente de la Confederación de Comerciantes de Cataluña, Miguel Ángel Fraile, puso énfasis en que "falló la prevención" contra el botellón y reclamó ayudas a las administraciones para arreglar los destrozos en los establecimientos afectados. "Ya estamos acostumbrados a que de manera repetida y lamentable este grupo de 200 o 300 personas, que son los de siempre, presente batallas campales en cualquiler acto de la ciudad", se quejó.
Los restauradores de la capital catalana también pidieron "mano dura" contra los responsables de los altercados de la madrugada del sábado, que también destrozaron numerosos bares. Su presidente, Gaietà Farràs, defendió la actuación policial y recordó que los jóvenes que participaron en los disturbios no representan "para nada" al conjunto de la juventud, que "quiere diversión y no conflictos".
60.000 euros en destrozos
A pesar de que anoche el Ayuntamiento aún estaba calculando el coste de los destrozos de la madrugada del sábado, fuentes municipales aseguraron que una primera evaluación arrojaba la cifra de unos 60.000 euros. Esta cifra corresponde al mobiliario urbano que resultó destrozado, en concreto los cerca de 30 contenedores quemados.
Sin embargo, el consistorio quiso recordar que esta cantidad no incluye los daños en locales o pertenencias de particulares o empresas. Es decir, cabinas de teléfono, lunas de vehículos, bicicletas, motocicletas, cristales de comercios... El incendio de unos contenedores provocó, además, que se quemara parte de la fachada del local modernista Casa Almirall, que se abrió en 1960. "Lo que no ha conseguido una guerra lo han logrado estos críos", se quejaba su propietario, Pere Pina.
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