La nueva Constitución de Gibraltar supedita la autodeterminación al Tratado de Utrecht
La oposición gibraltareña rechaza el acuerdo porque no facilita la descolonización
Londres y Gibraltar cerraron ayer las negociaciones para reformar la Constitución del Peñón, que data de 1969. El nuevo texto introduce el derecho de autodeterminación de los gibraltareños, pero lo hace condicionándolo a "los tratados existentes", tal y como exigía España. Así, cualquier proceso de descolonización queda supeditado al Tratado de Utrecht, por lo que la oposición gibraltareña rechaza el acuerdo. El ministro de Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, se declaró en Córdoba "satisfecho" porque el acuerdo "respeta todos los derechos de España".
Al final no se ha modificado el preámbulo de la Constitución, en el que los gibraltareños querían reiterar su derecho a la autodeterminación. El jefe de la delegación británica, el director para Europa del Foreign Office (Ministerio de Exteriores británico), Dominic Chilcott, se comprometió a enviar una última propuesta de nuevo preámbulo en los próximos días. Pero incluso el líder de la oposición y máximo defensor de la descolonización de Gibraltar, Joe Bossano, descartó que ese nuevo texto pueda cumplir sus expectativas.
Aunque Bossano expresó su acuerdo con el texto, anunció que pediría el voto en contra si sus exigencias de un nuevo preámbulo no se veían cumplidas. "No es un texto que nos descoloniza. Esto de momento nos deja como una colonia", reconoció. "No son muy buenas las perspectivas de que eso cambie". De forma parecida se expresó otro de los líderes de la oposición, Joe García.
El ministro principal de Gibraltar, Peter Caruana, expresó en cambio su satisfacción por el acuerdo alcanzado porque cumple sus expectativas de "modernizar" la relación entre Gibraltar y el Reino Unido. El acuerdo, que ha recibido el visto bueno de España, incrementa de manera muy significativa las posibilidades de que se cierren también las negociaciones tripartitas que Caruana mantiene desde hace un año con Londres y Madrid y que auguran un periodo de mejores relaciones a ambos lados de la verja.
Frente al maximalismo político de Bossano, que ha hecho de la descolonización y el derecho de autodeterminación su principal bandera política, Caruana quiere apoyarse en cuestiones más mundanas, como el uso conjunto del aeropuerto de Gibraltar o la mejora de las telecomunicaciones y la atención sanitaria para recuperar la iniciativa en un momento en que su partido cae en los sondeos electorales.
El ministro español de Exteriores se felicitó ayer en Córdoba porque "el Reino Unido ha respetado y cumplido la palabra dada al Gobierno español y no ha sobrepasado las líneas rojas que habíamos marcado", según Europa Press. "La situación de la colonia de Gibraltar se mantiene tal y como aparece definida en las resoluciones de Naciones Unidas, de forma que tampoco sufre variaciones", añadió Moratinos.
Garantías por escrito
Un comunicado hecho público por Exteriores subraya que "la reforma del decreto constitucional no modifica el estatus internacional de Gibraltar y, aunque desarrolla su autogobierno, no altera la soberanía británica sobre el Peñón, el cual sigue siendo un territorio dependiente del Reino Unido". El Foreign Office se ha comprometido a ofrecer garantías adicionales por escrito respaldando la interpretación española. El jefe del Foreign Office, Jack Straw, enviará sendas cartas en ese sentido tanto al secretario general de Naciones Unidas como a su homólogo español. La carta a Moratinos debía haber llegado ayer pero se retrasó porque no hubo tiempo material para que Straw la firmara antes de irse de fin de semana.
El Foreign Office enviará también un despacho al gobernador de Gibraltar en el que fijará la interpretación política de la nueva Constitución gibraltareña. Los negociadores británicos entregaron una parte de este despacho a la delegación gibraltareña. El texto fue criticado tanto por Bossano como por García porque no apoya las tesis descolonizadoras de sus formaciones políticas.
Tanto las cartas de Straw como el despacho del Foreign Office tienen importancia porque echan por tierra las esperanzas de los gibraltareños de apoyarse en la referencia de la nueva Constitución a la autodeterminación para pedir a la ONU que Gibraltar sea considerado un territorio descolonizado.
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