Conde-Pumpido califica de "periodismo de ficción" algunas informaciones sobre el sumario del 11-M

El fiscal general del Estado, Cándido Conde-Pumpido, aseguró ayer que no existen "sombras" en la instrucción del sumario del 11-M que puedan justificar una petición de nulidad del sumario, y si ésta se produce, el fiscal se opondrá. Conde-Pumpido afirmó que el juez instructor y las dos fiscales dedicadas al 11-M están actuando "con absoluto rigor" y con tal meticulosidad que a veces incluso practican las diligencias que se les sugieren "desde el periodismo de filtración o de ficción", con un resultado "irrelevante". El fiscal denunció que el proceso sigue plagado de "trabas, obstáculos e inconvenientes".

En su comparecencia en el Foro de la Nueva Sociedad, cuando se cumplen dos años de su mandato, Conde-Pumpido defendió su gestión y se empleó con dureza contra los que, buscando únicamente "desgastar al Gobierno", condenan a la Fiscalía del Estado a un "permanente estado de dislocación".

El fiscal del Estado aseguró que la defensa de la legalidad no puede ceder "ante el ruido partidista" y mucho menos "a la presión y el insulto". Pero "basta repasar las hemerotecas", dijo, para comprobar la implacable virulencia del síndrome del fiscal general bajo sospecha permanente, sea quién sea, tanto "bregados políticos como eximios juristas".

"Todo vale, incluso el insulto", prosiguió. "Y sin posibilidad de responder", porque el fiscal no puede "introducirse en la contienda política". En ese sentido, puso como ejemplo las críticas a la actuación de la fiscal que presentó el informe favorable a la acumulación de penas al etarra Henri Parot, aprobada por el Supremo, como ejemplo de cómo se transmite sin rubor "que el fiscal general obedece consignas políticas del Gobierno, que abusa de la debilidad de sus subordinados, listos o borregos" según "el tertuliano de turno".

Agregó que lo que se busca con ello es "únicamente desgastar al Gobierno", aunque se trate de cuestionar ante los ciudadanos "con notoria ligereza" la actuación de la Justicia "en la investigación del hecho terrorista más grave al que nos hemos enfrentado en la historia de la democracia".

Respondiendo a preguntas sobre la "nulidad" del sumario del 11-M, dijo que las "dudas o críticas" que algunos plantean "no tienen absolutamente nada que ver con la Justicia". Según el fiscal, serán los tribunales los que se pronuncien "con la mayor rapidez que nos permita la superación de las trabas, obstáculos e inconvenientes que se están planteando continuamente".

Conde-Pumpido atribuyó esas trabas a los que por un lado piden "la verdad", y por otro, "cada vez que pretende cerrarse el sumario nos hablan de que se cierra en falso y pretenden permanentemente la reapertura de las actuaciones". Concluyó que será la Audiencia Nacional la que determine la verdad judicial "con todas las garantías". "El sumario está tramitado con todo rigor", apostilló.

"Agoreros"

A preguntas sobre el futuro del líder de Batasuna, Arnaldo Otegi, dijo que los hechos han demostrado la falsedad de los pronósticos de los "agoreros", que pronosticaron que Otegi iba a estar en el Parlamento vasco a través del Partido Comunista de las Tierras Vascas (PCTV).

Indicó que "el tiempo nos ha dado la razón" cuando, con criterios "estrictamente jurídicos" el fiscal general dijo que no había base para recurrir la candidatura del PCTV. Reiteró que ésa no ha sido "la vía por la que discurre Batasuna", sino que es una "candidatura irrelevante" y "absolutamente inocua", en la que los radicales vascos depositaron sus votos para no dejar fuera a su electorado, contabilizar los votos de Batasuna y perjudicar al PNV.

En otro momento agradeció al embajador norteamericano las condolencias de la autoridades de su país a los familiares del cámara José Couso, muerto en Irak por disparos de un tanque estadounidense. La respuesta a la comisión de auxilio judicial española fue "satisfactoria", según Conde-Pumpido, aunque precisó que el archivo del caso no significa que "no haya lugar a indemnizaciones".

Respecto a su gestión en los dos últimos años, dijo que cuando fue nombrado fiscal general del Estado tuvo dos opciones: sentarse encima de la institución, gestionando su funcionamiento y "molestando lo menos posible", o "intentar pilotar una de las maquinarias más potentes con las que cuenta el Estado de derecho para mejorar la justicia y la sociedad". "Supe y sé que la segunda opción me iba a costar muy cara, pero no tuve duda y ya han pasado dos años", añadió.