_
_
_
_
Reportaje:La investigación del 11-M

La verdadera conspiración

El PP se embarca en un ataque preventivo contra el sumario del 11-M

"Silvio Berlusconi declaró que detrás del atentado había una mente española o alguien con un profundo conocimiento de la situación política española. No creo que El Tunecino, Lamari, el Egipcio o el Chino tuvieran capacidad intelectual suficiente para llevar a cabo un diagnóstico riguroso de la realidad española. Alguien lo hizo por ellos y los contrató para su ejecución. Pero ¿quién?", se pregunta Jaime Ignacio del Burgo, miembro del Partido Popular en la comisión de investigación del 11-M, en su libro sobre el atentado. Tanto le impresiona Il Cavaliere, que el ex comisionado empaca y emprende viaje al interior de la novela negra siciliana: el 11-M ha sido el producto de un contrato. Unos cerebros, lo más probable, claro, cercanos a ETA, fueron quienes pagaron a los moritos, como suele llamarles, para que ejecutaran el plan.

Rajoy ha comprado la prueba de cargo que le ha estallado en añicos horas después
Del Burgo: "No he encontrado respuesta del juez Del Olmo a los enigmas planteados"
Más información
El Poder Judicial censura a Rajoy por cuestionar la instrucción del 11-M

He aquí, en esta conclusión, todo lo que usted quería saber sobre la teoría de la conspiración. Tras el reciente patrocinio personal otorgado por Mariano Rajoy, gente bien intencionada estima que el PP ha atravesado una línea roja. La buena memoria escasea cada vez más. Hace tan sólo un año, mira por dónde, José María Aznar y Mariano Rajoy iban juntos de la mano en el acto de presentación del vídeo de la FAES sobre el 11-M, durante el primer aniversario. En el segundo, el PP ha seguido con el montaje, esta vez atacando la actividad del juez Juan del Olmo y de la fiscal del caso, Olga Sánchez. Ahora a cuenta de la bolsa de deportes, que no mochila, por enésima vez.

La bolsa ha sido durante años, parafraseando a Ariadna, el ovillo mágico de hilo dorado para entrar y salir del laberinto del 11-M. Jaime Ignacio del Burgo, confesaba su fascinación por el ovillo mágico, perdón, por la bolsa, en su libro. "No sabemos cómo es posible que la decimotercera mochila [¡bolsa!], cargada de explosivos y de quince kilos de peso como mínimo, cuya desactivación fue el elemento esencial de la investigación policial, pudo ser trasladada desde los trenes de Atocha hasta la comisaría de Vallecas sin que ningún Tedax se percatara in situ de su contenido, a pesar de que se habían desactivado otras mochilas o bolsas similares. ¡Son tantas las cosas que no sabemos!".

Y se sabe que uno encuentra siempre lo que busca. Jaime Ignacio del Burgo creyó encontrarlo en el testimonio de un policía que, según su propia declaración, vio una bolsa la tarde del 11-M, cuya imagen le quedó en la memoria, pero a cuyo interior nunca tuvo acceso. Además, se marchó a descansar en el anochecer de un día agitado, antes de que, en la madrugada del 11 al 12 de marzo, al conocerse que dentro de una bolsa había una bomba, se procediera a su desactivación lo que a su vez permitió llegar a los autores materiales. Y no solo Del Burgo creyó haber encontrado la prueba de cargo. También Rajoy, que estaba en el ajo, estuvo tan seguro de ello que abandonó su prudencia y salió al ruedo. Duró poco. Fue al juez Del Olmo a quien tocó, esta vez, desactivar la noticia-bomba. Y lo hizo. Y Rajoy puso pies en polvorosa.

¿Por qué esa perversión por la bolsa? Es muy sencillo: si esa bolsa no hubiera aparecido en escena antes del 14-M, el PP sigue estando seguro de que ganaba las elecciones. Y como los atentados del 11-M, ha repetido Aznar el pasado 8 de marzo, "están ligados a la voluntad de algunos de provocar un vuelco político en España", la mano que meció la bolsa desde los trenes hasta la comisaría, pues, pretende el PP, es la clave de toda esta historia. Si Rajoy ha comprado la prueba de cargo que le ha estallado en añicos horas después de exhibirla ello se debe a una razón muy clara. Por aquello de que el que conozca una razón para oponerse a la boda hable ahora o calle para siempre, el PP necesitaba desencadenar la campaña definitiva en las postrimerías de la instrucción sumarial del juez Del Olmo.

En su libro, Jaime Ignacio del Burgo ya da cuenta del respeto que le merece el juez. "Yo albergaba la esperanza de que el juez Del Olmo diera respuesta a la mayor parte de las cuestiones aquí suscitadas... Mi decepción ha sido absoluta, pues no he encontrado la respuesta a los grandes enigmas planteados y dudo que la haya cuando llegue el día de la apertura del juicio oral", señala.

Del Burgo ya ha dictado sentencia sobre la instrucción sumarial de Del Olmo. Y Rajoy, más a la gallega, también. Y, ¿por qué? Porque, parafraseando a Del Burgo "no han encontrado respuesta a los grandes enigmas planteados". Y ¿cuáles son esos enigmas? Evidentes: la relación entre ETA y los islamistas que cometieron el atentado. Es que, claro, ni Del Burgo ni Rajoy han hallado, en el largo centenar de tomos del sumario, una copia del contrato por el cual la banda terrorista ETA -que según insistió Aznar el pasado 8 de marzo "se encontraba en un estado de debilidad inédita. Les teníamos contra las cuerdas"- instruyó y pagó a los radicales islamistas para que ejecutaran el 11-M.

La campaña contra la instrucción sumarial tiene en cuenta un calendario elemental. El juez Del Olmo dictará próximamente el auto de procesamiento y el juicio oral de los acusados será señalado por la Audiencia Nacional quizá para febrero o marzo de 2007. En esas fechas, España estará en plena campaña de las elecciones municipales y autonómicas. El PP, que viene de perder las generales del 14-M, las europeas, de reducir posiciones en el País Vasco y de ser derrotado en Galicia, necesita ganar las próximas municipales y autonómicas (que, dicho sea de paso, también perdió en 2003). El cronograma judicial, pues, le viene mal. ¿Y qué decir de la circunstancia de que la sentencia de los acusados por el 11-M se acercará a las elecciones generales de 2008 caso de que se cumpla la legislatura? El PP dejó el Gobierno tras el 11-M y el fantasma de éste le perseguirá hasta las próximas elecciones generales. La conspiración, la verdadera, no es la de los socialistas, policías y periodistas en el 11-M sino la que inició el PP en la mañana de ese mismo día y que hoy mantiene contra viento y marea.

Ángel Acebes y Jaime Ignacio del Burgo, en la Comisión de Investigación del 11-M.
Ángel Acebes y Jaime Ignacio del Burgo, en la Comisión de Investigación del 11-M.GORKA LEJARCEGI

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_