Un fuego intencionado inutiliza un centro para menores inmigrantes en Gran Canaria
El Gobierno canario se muestra indignado por un ataque que relaciona con un "brote de xenofobia"
El Aula de la Naturaleza de Tunte, en el sur de Gran Canaria, que se iba a convertir ayer por la mañana en el nuevo hogar para 64 menores inmigrantes, fue quemado la medianoche del jueves de manera intencionada. Este centro era el lugar escogido por el Gobierno canario para trasladar a los menores que habían sido desalojados la semana pasada de otro centro, el CAI de Tafira, por orden de la Fiscalía de Menores, y alojados de manera provisional en un gimnasio de la capital grancanaria, donde aún permanecen durmiendo en colchonetas.
El incendio se declaró pasadas las 0.30 horas y tuvo su origen en unos ocho focos distribuidos por todo el albergue. Pasados 40 minutos, los bomberos de Maspalomas hacían acto de presencia y poco después controlaban el incendio, que ha dejado el centro inutilizado.
El anuncio de que decenas de menores inmigrantes iban a ser trasladados a Tunte, un tranquilo pago del sur de Gran Canaria, había provocado el rechazo no sólo de los vecinos de esta localidad, de unos 2.500 habitantes, sino del Ayuntamiento de San Bartolomé de Tirajana, encabezado por la alcaldesa socialista Concepción Narváez con el apoyo de Nueva Canarias. Precisamente el jueves por la tarde el director general del Menor del Gobierno canario, José Luis Arregui, se había desplazado a San Bartolomé para explicar a Narváez los pormenores del traslado, que se iba a realizar ayer por la mañana con cuatro autobuses.
Los vecinos de Tunte insistían ayer, tras el incendio, en su rechazo a que los jóvenes fueran trasladados al pueblo, pero negaban cualquier responsabilidad sobre el incendio. "No sabemos quién puede haber sido", decía ayer Santiago, un comerciante, quien se quejaba de que la última vez que se alojaron menores inmigrantes en el Aula de la Naturaleza "el pueblo fue un desastre. Diez cajas de albaricoques me robaron", asegura, en referencia al año 2004, la primera ocasión en que el centro fue utilizado para acoger a menores inmigrantes durante varios meses.
El viceconsejero de Inmigración del Gobierno canario, Froilán Rodríguez, manifestó ayer su "indignación y vergüenza por el hecho de que en Canarias puedan aparecer brotes de xenofobia como éste", e hizo una llamada a la serenidad para encontrar una solución a la acogida de los menores. Asimismo, la consejera Zamora reiteraba su petición de ayuda al Gobierno central para que se efectúe un reparto de los menores entre otras comunidades, a lo que la secretaria de Estado de Inmigración, Consuelo Rumí, ya manifestó su oposición esta semana.
La fiscal de Menores Inés Herreros realizó una visita al gimnasio donde están alojados los menores y dictó dos oficios dirigidos tanto al Cabildo de Gran Canaria como al Gobierno canario, uno para que le envíen un listado de todos los centros disponibles con la intención de comprobar la disponibilidad de espacio en otros recursos públicos y otro para que, "de manera urgentísima", desalojen a los menores del polideportivo y los trasladen a un lugar adecuado.
En los últimos dos meses han llegado a Gran Canaria unos 60 menores de origen subsahariano a bordo de cayucos, lo que provocó el desbordamiento del Centro de Acogida Inmediata (CAI) de Tafira, gestionado por el Cabildo. Esta administración se negó a repartir a los chicos por otros centros, algo que le exigía el Gobierno canario, hasta que la fiscal ordenó el desalojo del CAI por el hacinamiento en el que vivían los menores. Sin embargo, el destino que buscó el Cabildo para los 72 jóvenes que en ese momento residían en Tafira fue un gimnasio municipal, cedido por el Ayuntamiento de Las Palmas, también gobernado por el PP.
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