"Musika-Música ha creado un acontecimiento"
La directora de la Fundación Bilbao 700, Begoña Salinas (Lekeitio, 1950), es la responsable de la organización del festival Musika-Música, que desde hace cinco años ofrece a principios de marzo, en el palacio Euskalduna de Bilbao, una amplísima oferta de conciertos a precios populares a lo largo de tres días. Musika-Música, con el modelo del maratón musical La Folle journée, de la ciudad francesa de Nantes, ha conseguido el pasado fin de semana vender 22.000 entradas, mil menos que en la edición anterior, aunque el número de conciertos, dedicados a los compositores del barroco tardío, también se redujo de 64 a 58.
Pregunta. ¿Qué balance hace de la última edición del festival?
Respuesta. El balance es enormenente positivo. En cultura, y mucho menos en música, las cifras no deben contar. En cualquier proyecto, los pasos deben ser graduales y firmes en un país como el nuestro, donde la tradición musical es muy limitada. Y, a pesar de todo, hasta cuantitativamente el balance es positivo. El año pasado hablábamos de Beethoven, un compositor conocido por todo el mundo, y vendimos 23.000 entradas para 68 conciertos. Este año el tema era el barroco, mucho más difícil: 54 conciertos, 22.000 entradas.
"Los precios son irrisorios. La única manera de divulgar la música clásica es con precios económicos"
"Nuestro esfuerzo ha sido hasta ahora muy local. El salto tiene que ser a nivel nacional"
P. Y, aparte de las cifras de asistencia, ¿cómo se puede medir el resultado?
R. Por el atractivo que tiene ya la marca Musika-Música, por el atractivo que despierta en el público. Se ha creado un acontecimiento, una expectativa. Ha habido un ambiente extraordinario. Los propios músicos, que muchos de ellos han repetido, se han quedado maravillados por la atención del público. Siempre decimos que este proyecto tiene mucho de pedagógico.
P. ¿Qué papel juegan los precios?
R. Son irrisorios, entre cuatro y ocho euros. La única manera de divulgar la música clásica y atraer a nuevos públicos es mantener unos precios muy económicos.
P. ¿Qué parte del presupuesto cubren con la taquilla?
R. El 10%, aproximadamente. El resto de los 960.000 euros del presupuesto lo aportan al 50% el Ayuntamiento de Bilbao y la Diputación de Vizcaya.
P. ¿Ha tocado techo Musika-Música?
R. Yo creo que no. Nuestro esfuerzo ha sido hasta ahora muy local, captar público en la comunidad autónoma vasca y comunidades limítrofes. El salto tiene que ser a nivel nacional. En cuanto a número de conciertos, el límite depende de la escuela musical de que se trate. Se puede crecer, empezando antes los conciertos o habituando al público a asistir a los conciertos en la franja de la hora de comer.
P. ¿Tiene el festival en Bilbao un sello propio frente a la programación de Nantes?
R. Lo que tiene de similar con La Folle journée es el modelo [una amplia oferta de conciertos en torno a un tema ofrecidos en un mismo espacio]. Pero Francia tiene una tradición musical enorme. Aquí el objetivo es diferente, se trata de atraer a la gente. El director artístico, René Martin, hace la propuesta a Bilbao, y en Bilbao decidimos si cambiamos una cosa u otra. Los grupos de los conservatorios locales están en Nantes, en Bilbao, y también en Tokio y en Lisboa [las otras dos ciudades donde se celebran festivales similares]. Y agrupaciones como la Coral de Bilbao y la Orquesta Sinfónica de Bilbao, están siempre en Nantes y en Lisboa. Para mí es más importante que los [grupos] locales estén fuera y se les escuche en Nantes y en otros festivales que organiza René Martin. Quizá ahí estamos un poco escasos.
P. ¿Cuanto tiene que madurar Musika-Música para salir de Bilbao a otras localidades del entormo, como ocurre en Nantes?
R. Todavía no hemos hecho ese planteamiento. Es una reflexión que Bilbao 700 tendrá que hacer con las instituciones, la Diputación y el Ayuntamiento.
P. ¿Un festival de estas características sería posible sin que fuera de la mano de una organización como La Folle journée?
R. Relativamente. La ventaja es que la dirección artística contrata para Tokio, Nantes y Lisboa, y resulta más económico. Y La Folle Journée tiene ya su marca. Nantes es la dirección artística, pone encima de la mesa a los artistas que va a tener en las otras ciudades, pero los contratos los firmo yo.
P. ¿Y qué supone Musika-Música para Bilbao 700, una fundación que se nació para organizar la conmemoración del 700 aniversario de la fundación de Bilbao?
R. Yo no creo que nació para conmemorar [el 700 aniversario]. Yo la dirijo desde hace cinco años, pero venía desde 1997. Por lo que yo he visto, nació con vocación de futuro; se llama Bilbao 700-III Milenio. Pasados los acontecimientos del 2000, ha servido para dinamizar, si no resulta muy pretenciosa la palabra, la vida cultural de la ciudad. Creo que ha puesto a disposición de la ciudadanía proyectos culturales, presentados con un aspecto popular, pero de enorme calidad. Musika-Músika no era un proyecto de la fundación, pero en su día la Diputación de Vizcaya nos encargó la gestión, y se ha convertido en una bandera de Bilbao 700.
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