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El número de jóvenes que necesita acceder a una vivienda crece un 9% en un año

Dos tercios de los demandantes prevén lograr un piso en los próximos cuatro años

El número de jóvenes vascos que necesita acceder a su primera vivienda crece de manera imparable cada año. En 2005, esa cifra alcanzó los 87.100 personas, lo que representa un 8,7% más que el año anterior, según un informe del Departamento de Vivienda. El elevado precio de los pisos en Euskadi, que cuenta con las casas más caras de España junto a Madrid y Barcelona, supone el principal obstáculo para que los jóvenes puedan independizarse. A la mayoría, su nivel de ingresos le impide optar a las viviendas protegidas y el mercado libre le resulta prohibitivo.

Los resultados del estudio que acaba de terminar el departamento sobre necesidad y demanda de vivienda, correspondiente a 2005, llegan en un momento de máxima sensibilidad social hacia la cuestión y con el debate del proyecto de ley de Suelo en pleno apogeo. Precisamente, uno de los objetivos de la ley es abaratar el precio de los pisos y facilitar el acceso a los jóvenes. En la clasificación de preocupaciones de los ciudadanos, el problema de la vivienda ha desbancado hace tiempo al terrorismo y ocupa el primer lugar junto al empleo. Los 87.100 jóvenes con necesidad de acceder a una casa es una cifra que se mantiene en la banda de 80.000-90.000 que se viene contabilizando en los últimos cuatro años. Sin embargo, supone un repunte significativo con relación a 2004.

La imposibilidad de acceder a un piso conlleva que los jóvenes abandonen en la actualidad el hogar familiar diez años más tarde que la generación anterior. Este retraso en la emancipación, alertan los expertos, tiene consecuencias en varios campos: la natalidad sigue siendo la más baja de los países del entorno y causará, a medio y largo plazo, tensiones en la viabilidad de las pensiones. La paradoja es que una notable proporción de los jóvenes que aspira a independizarse tiene vedado el acceso a la vivienda protegida, ya que cuenta con unos ingresos superiores a los permitidos y el mercado libre es inaccesible.

Precios asumibles

Los datos del informe reflejan un incremento en el precio máximo de los pisos que resulta asumible por los distintos colectivos. Los jóvenes con necesidad de acceder fijan este techo en 143.200 euros (un 10% más que en 2004), mientras que los hogares con necesidad de cambio lo establecen en 195.900 euros (14,6% más que en 2004).

En todo caso, al contextualizar los niveles de precios máximos asumibles en comparación con el mercado de vivienda libre y con el de la protegida, se comprueba que los valores declarados por las personas necesitadas se sitúan en niveles intermedios. Se hallan muy por debajo de los precios medios de los pisos libres (285.000 euros en el tercer trimestre de 2005) y por encima de los precios de las viviendas protegidas (94.000 euros en el mismo periodo).

El porcentaje de hogares con jóvenes que expresan su necesidad de acceder a su propia casa se sitúa en un 12,2%, cifra muy parecida a la del último lustro, aunque por encima de la obtenida en 2004 (11,3%). En función de la demanda de vivienda, dos tercios de los jóvenes con necesidad de casa prevén acceder en los próximos cuatro años (67%), un 35% en el plazo de dos años y un 23% en un año. Estas últimas proporciones son menores a las registradas en años precedentes, lo que demuestra las dificultades que encuentran para conseguir una casa en el contexto actual de precios.

Según los autores del trabajo, estos porcentajes se traducen en una demanda estimada de entre 58.700 a cuatro años y 20.000 en el plazo de uno. "La presión de la demanda a más corto plazo resulta más intensa que en los años anteriores", indica el trabajo.

Además de analizar el acceso a la primera vivienda, el informe del departamento revisa las necesidades que tiene una parte de la población de cambiar de piso.

En total, un 6,3% del total de hogares de la comunidad autónoma indica que necesita cambiar, porcentaje algo superior al de los dos últimos años. Traducido en cifras absolutas, este porcentaje implica que alrededor de 47.500 hogares se están planteando un cambio, de ellos casi 10.000 a corto plazo. Los motivos que aducen los encuestados son variados, pero destaca el tamaño inadecuado de la casa en la que actualmente residen (un 35,8%).

1.345 euros de ingresos

La capacidad financiera de los jóvenes que desean acceder a una vivienda y de las familias que desean cambiar es una de las claves del informe. Los ingresos medios de los jóvenes con necesidad de acceder a un piso ascienden a 1.345 euros netos mensuales como media. Por su parte, los hogares que necesitan cambiar obtienen 1.514 euros al mes. Estas cifras suponen incrementos del 10,2% y 8,5%, respectivamente, respecto a los resultados de 2004.

El análisis pone de manifiesto una reducción del tamaño de los grupos con niveles de ingresos más bajos, particularmente en el caso del acceso. En 2005, sólo un 13,5% de los jóvenes con necesidad de acceder ganaba menos de 840 euros al mes, cuando en 2004 este porcentaje se situaba en un 22,2%. Por el contrario, también se da un aumento en los intervalos de ingresos más altos. Un 28,5% de los jóvenes necesitados de acceso supera los 1.650 euros al mes frente a un 18,6% en 2004.

Con relación a los ingresos, también resulta interesante estimar los ingresos brutos ponderados familiares de los colectivos de necesidad, con vistas a valorar su situación respecto al acceso a las ayudas públicas para vivienda. Más concretamente, se centra el análisis en los dos niveles clave de la normativa de ayudas vigente: el máximo de 15.000 euros que da derecho a una vivienda social y el nivel de 33.000 que fija el techo para acceder a una vivienda protegida.

Sólo un 13,8% de los jóvenes con necesidad de acceder a su primer piso obtiene unos ingresos brutos ponderados inferiores a 15.000 euros anuales. Por otra parte, considerando el límite de 33.000 euros, los porcentajes alcanzan un 72,8%. De esta forma, el límite establecido para el acceso a la vivienda social excluye a la mayoría de las personas necesitadas. Igualmente, más de una cuarta parte tampoco tiene posibilidad de optar a una vivienda protegida.

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