Nadie ha visto nada
Nadie ha visto nada. Los vecinos de la calle del Besòs de Montcada i Reixach, se encogían ayer de hombros cuando se les preguntaba si conocían a la pequeña Alba, si le habían visto lesiones en el cuerpo, oído llorar o lamentarse.
"Nunca vimos nada raro", aseguran los vecinos del inmueble número 44, mientras aseguran que el padre era una persona normal, que se había separado hace unos años de su anterior pareja, para pasar a vivir hace tres meses con una nueva mujer, quien aportó a la familia su hija Alba.
Una única vecina, quizá más observadora, acabó ayer explicando como todas las mañanas veía que la madre salía de casa y acompañaba, cogida de la mano, a la pequeña, para llevarla hasta una escuela cercana, situada a menos de 200 metros de la casa. Un día incluso recuerda haber vislumbrado una mirada de tristeza en el rostro de la pequeña.
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