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Clos sostiene que sólo la izquierda asume la redistribución de rentas

El alcalde defiende una política de derechos frente a la caridad que propugna la derecha

La izquierda cree en los derechos de los ciudadanos; la derecha, en cambio, propugna la beneficencia y la caridad. Frente a ello, sostuvo ayer en Sant Andreu el alcalde de Barcelona, Joan Clos, hay que apoyar el optimismo progresista y explicar que hay una gran diferencia entre una política de derechas y otra de izquierdas. Las izquierdas, dijo, están a favor de la redistribución de las rentas, de garantizar a todos unos mínimos de dignidad.

En un mitin de precampaña electoral, Clos se olvidó ayer del AVE y de las narcosalas para definir lo que es una política de derechas y una de izquierdas. Los primeros, sostuvo, sólo enredan. Por ejemplo, bajan los impuestos que pagan los ricos y recortan los gastos, la única salida para los más pobres, dijo el alcalde, es la beneficencia, la caridad, que antes prestaban los municipios y organizaciones religiosas. Pero esa política es contraria a los derechos de los ciudadanos. Porque los pilares del Estado de Bienestar (sanidad, educación y pensiones) son derechos, no cosa de caridad.

Clos cerró un mitin ya preelectoral en el que estuvo precedido por el dirigente territorial Joan Ferran, que presentó el acto, y por las diputadas Isabel López, del Congreso, y Carme Figueres, del Parlament. Los tres se habían dividido el trabajo. López explicó la política social del Gobierno central, insistiendo en que la derecha mete ruido para tapar los logros de José Luis Rodríguez Zapatero. Figueres, en cambio, se centró en las ventajas que supone el Parlament también en política social, recordando que los presupuestos de 2006, por primera vez en la historia de la Generalitat, destinan más del 50% a gasto social. Ambas insistieron en el efecto que tendrá sobre las familias la ley de asistencia a los mayores, así como los aumentos prometidos de pensiones. Un asunto que interesaba bastante a un auditorio cuya media de edad estaba más cerca de la jubilación que del primer trabajo. Eso sí, el Sat Teatre estaba lleno a rebosar.

Clos se concentró en lo que es ser de izquierda. Negó las afirmaciones neoconservadoras según las cuales sólo hay una política posible e insistió en que la izquierda presta una atención especial a la redistribución de las rentas. El alcalde de Barcelona, que apenas habló de casos concretos de política municipal, cerró su intervención con un llamamiento a superar el "escepticismo, el pesimismo y el fatalismo". Aseguró que cabe una política en la que se prime la solidaridad pero teniendo en cuenta que para ello es imprescindible que haya un gobierno adecuado. Clos repitió las virtudes de la socialdemocracia que es capaz de incrementar la productividad, tener superávit y atender a las necesidades de los más desfavorecidos. Y como modelo puso a los países nórdicos: Suecia y Noruega, Dinamarca y Finlandia. Una vez garantizados los mínimos, dijo Clos, habrá que asumir otro reto: el de la inmigración.

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