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Crítica:CANCIÓN
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Chorro de voz charra

En la línea de los grandes cantantes melódicos latinos, el mexicano Alejandro Fernández, el hijo del célebre Don Chente (Vicente Fernández), tiene un chorro de voz. Añade a eso un palmito arrogante, de musculatura trabajada, y un look reventón de macho e insinuaciones medio lascivas. Un animal sexual en toda la regla que expande gestos y posturas.

Un público mayoritariamente femenino, de todas las edades, se derrite con sus canciones. Es como un boy en una despedida de solteras. Un icono para gays y un modelo masculino a conquistar por cualquier mujer. Todo eso pesa sobre su puesta en escena, pues aunque también está muy dotado para las canciones de siempre, el concierto gira hacía la explotación -y admiración- extrema de lo externo. Cuanto más alarde hace de su chorro de voz, más aplausos consigue. Muchas veces no necesitaría recurrir a tanto gesto y aspaviento, ni siquiera a tanta garganta, sobre todo con canciones tan valiosas como cuando tira del repertorio de Juan Gabriel o de José Alfredo Jiménez, que se explican por sí mismas.

Alejandro Fernández

Alejandro Fernández (voz), y Mariachi y gran orquesta. Artistas invitada: Malú. Auditorio Madrid Arena. Madrid, 4 de marzo.

Se deshace él y se deshacen sus seguidoras cuando, ya embutido hasta casi la explosión, en su traje de charro mexicano, con el que abordó la recta final del recital, ataca el célebre El Rey, que popularizó su padre hace cuatro décadas.

Lo cierto es que ya es en España también una gran estrella. Se puede decir que sus baladas, las de la primera parte del concierto antes de vestirse de charro y tirar de mariachi conocido, rayan en lo cursi, que en los arreglos de su gran banda no se atisba ni un solo momento de atrevimiento y riesgo, que todo es muy previsible..., se pueden decir muchas cosas, pero no negar el enorme impacto que han causado por fin aquí sus canciones y modales, quince años después de que en México sea toda una institución. Un macho latino que puede hacer olvidar a El Puma, Julio Iglesias, Raphael, Camilo Sesto, Ricky Martín, Chayanne... y a todos juntos.

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