_
_
_
_
Crítica:ROCK | Amparanoia
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Fiesta, sangre y tristeza

No para quieta, ni ella ni su banda. Con la granadina Amparo Sánchez al frente, Amparanoia es un torbellino de música y color. Una fiesta trepidante que incita a la participación espontánea del público. Aqualung se quedó pequeño para los que querían bailar -y expandirse- al son de las canciones de Amparanoia. Acaso fuera la última gran juerga corrida en ese local, metido en un entorno comercial que en unos días va a iniciar una tremenda remodelación que va a suponer su desaparición como sala de conciertos, casi quince años después de su inauguración.

Pero Amparanoia estaba ahí para darle la despedida que se merece. Mitad fiesta, mitad tristeza, como su propia esencia musical. No se acierta a comprender cómo Amparo Sánchez ha sabido combinar tan bien ambos términos antagónicos. Su eterna propuesta es aparentemente festiva, y divertida, pero en sus letras se esconde cierta desesperación por cómo anda el mundo ahora, con sus miserias e insolidaridades. Sus guerras, frustraciones e injusticias. Un mundo que a la fuerza ha de producir tristeza.

Amparanoia

Amparo Sánchez (voz y guitarra), José Alberto Varona (trompeta), Carmen Niño (bajo), Jordi Mestres (guitarra), Dani Tejedor (cajón, batería y voces). Invitado: Chivo (percusión). Divino Aqualung. Madrid, 3 de marzo.

Pero ella es rebelde, y eso lo lleva con alegría, como bien parafraseó uno de sus últimos discos, Alegría con rebeldía. Ahora anda con la presentación de su disco reciente, La vida te da, cuya gira arrancó, precisamente, en Madrid esta noche de viernes loca. Aun así, no se entretuvo Amparo en recrearse demasiado en las canciones nuevas, sino que fue su recital un repaso a toda una discografía vitalista, cargada de sangre e intensidad. Amparo Sánchez no tiene pelos en la lengua y no se cansa de sugerir eso de que "otro mundo es posible" aunque ya no recurra al panfleto, la arenga banal ni al tan recurrido buen rollito.

Estuvo pletórica sin interrupción. Con las venas hinchadas y esas ganas tremendas de agradar. Ese respeto al público que ha guiado su carrera desde que empezó imitando a las grandes divas del blues y que luego transmutó hacía el panhispanismo buscando en México y en Cuba las fuentes de la, su, vida. Del ska trepidante y saltarín al bolero más reposado, y esas incursiones últimas que la han llevado a hacer suyos también a los gitanos centroeuropeos de carromato y fanfarria que bien firmaría un punky como Emir Kusturica o un rockero como Goran Bregovic. La ranchera, la rumba y hasta el reggae (impagable versión sola con la guitarra de la emocionante Redemption song, de Bob Marley, incluida en su nuevo álbum) las hace únicas. En su sencillez, es toda una estrella, más luminosa acaso que las que adornaban el escenario donde la otra noche ella se desangró.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_