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Bush fue informado de los riesgos del Katrina, en contra de lo que dijo

Un vídeo confirma que los responsables de emergencias alertaron un día antes al presidente

Yolanda Monge

Según un vídeo difundido ayer por la agencia Associated Press, el presidente de EE UU, George W. Bush, conoció en su rancho de Tejas -donde se encontraba de vacaciones- la amenaza del Katrina el 28 de agosto, un día antes de que el huracán arrasase tres Estados y devastara Nueva Orleans. En el vídeo de seguridad se muestra cómo los funcionarios federales de emergencias se dirigen al presidente y a su jefe de Seguridad Interior, Michael Chertoff, por videoconferencia en términos dramáticos y a veces angustiosos.

Los funcionarios federales de emergencias le comunican que el huracán Katrina podría romper los diques que sujetaban las aguas del lago Pontchartrain y poner en riesgo la vida de los residentes de Nueva Orleans, una ciudad de unos 500.000 habitantes.

También advierten al presidente de que las personas refugiadas en el estadio Superdome de Nueva Orleans corrían grave peligro. No dejan pasar la oportunidad de comunicar al presidente Bush que los equipos de rescate enviados a la zona podían ser superados por los hechos.

Incluso el entonces director de la Agencia Federal de Gestión de Emergencias (FEMA, en sus siglas en inglés), Michael Brown, alerta a Bush sobre las consecuencias de lo que denominó "a bad one, a big one", el más grande, el peor de los huracanes. Todo sucedió.

La tormenta dejó un reguero de 1.300 muertos -ayer se rescataban más cadáveres del Bajo Barrio Nueve, una de las zonas más devastadas tras el paso del Katrina-, provocó la inundación de casi el 80% de la ciudad de Nueva Orleans debido a la rotura de los diques de contención, aisló hasta la muerte por sed y agotamiento a miles de personas en el estadio Superdome, dejó una estela de destrucción en los Estados de Misisipi y Alabama y desplazó a más de un millón y medio de personas, que han perdido sus hogares. Ocurrió hace ya seis meses.

Sin embargo, el vídeo muestra a un presidente Bush relajado, tranquilo, asegurando a los habitantes de la región, comprendida por los Estados de Luisiana, Alabama y Misisipi, que "estamos listos no sólo para ayudarles durante la tormenta, sino también para enviar todos los recursos de que se dispongan para ayudarles a enfrentar la pérdida de propiedad". "Rezamos para que no haya pérdidas de vidas humanas, por supuesto", apostilla el presidente, quien no hizo ni una sola pregunta durante aquella dramática sesión informativa por videoconferencia.

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Negando lo que entonces ya sabía, el presidente Bush aseguraba cuatro días después de la catástrofe: "No creo que nadie pudiera anticipar la rotura de los diques". Las imágenes ahora hechas públicas, junto con siete días de transcripciones de reuniones informativas obtenidas por la agencia The Associated Press, muestran con todo detalle que, aunque las autoridades federales anticiparon la tragedia, fueron mortalmente lentas en percatarse de que habían asignado recursos insuficientes para hacer frente a un desastre sin precedentes.

Las imágenes son la defensa para algunas autoridades federales, estatales y locales de que no habían intentado desviar las culpas ni minimizar el precio político por la penosa respuesta al desastre causado por el huracán. "Me preocupa su capacidad para responder a una catástrofe dentro de otra catástrofe", comentó Brown a sus jefes la tarde anterior a que el Katrina llegara a la costa del Golfo.

La "niebla de guerra" fue lo que causó la ceguera ante lo que estaba por venir, según relatan funcionarios de Seguridad Interior a la agencia The Associated Press. "No me creo eso de la 'niebla de guerra'. Fue una niebla de burocracia", dijo Brown a la citada agencia en una entrevista el pasado miércoles.

El alcalde de la ciudad de Nueva Orleans, Ray Nagin, se preguntaba en una conferencia de prensa ofrecida un día después de acabar la celebración del carnaval con el Mardi Gras, el pasado martes, por qué la respuesta fue tan lenta. Cuando acabó de visionar la cinta de vídeo, se dio la vuelta y exclamó: "¡Oh, Dios!".

Arriba, el presidente Bush (centro) escucha en su rancho de Tejas las explicaciones por videoconferencia de los funcionarios federales (abajo).
Arriba, el presidente Bush (centro) escucha en su rancho de Tejas las explicaciones por videoconferencia de los funcionarios federales (abajo).AP

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Sobre la firma

Yolanda Monge
Desde 1998, ha contado para EL PAÍS, desde la redacción de Internacional en Madrid o sobre el terreno como enviada especial, algunos de los acontecimientos que fueron primera plana en el mundo, ya fuera la guerra de los Balcanes o la invasión norteamericana de Irak, entre otros. En la actualidad, es corresponsal en Washington.

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