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El Ejército de Pakistán mata a 30 milicianos islamistas

Las fuerzas de seguridad paquistaníes, apoyadas por tres helicópteros armados, atacaron ayer un escondite de milicianos islamistas y eliminaron a 30 de ellos, según informó un alto responsable del Ejército. El refugio de los radicales se encontraba en Saidgai, a 17 kilómetros de Miranshá, la capital de Waziristán Norte, desde donde se sospecha que los rebeldes atacan a las tropas estadounidenses destacadas en Afganistán.

El ataque del Ejército paquistaní se inició horas antes de que el presidente de EE UU, George W. Bush, hiciera una escala en Afganistán antes de proseguir un viaje que le llevará a Pakistán después de su visita a India.

Los supuestos colaboradores de Al Qaeda se habían refugiado en la región tribal de Waziristán Norte tras perpetrar un ataque dentro de Afganistán, según el principal responsable gubernamental en la región, Syed Zaherul.

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Entre los fallecidos figura un comandante checheno, identificado sólo como Imam, según una fuente militar que solicitó el anonimato. El miliciano checheno, según esta fuente, murió cuando un helicóptero disparó contra un vehículo en el que huía. "Era un hombre importante dentro de Pakistán y murió con sus tres guardaespaldas", precisó.

La mayoría, extranjeros

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La mayoría de los milicianos fallecidos eran extranjeros. Procedían de Asia Central y de países árabes. Según otro oficial, un soldado murió y alrededor de una docena resultaron heridos. Además, un helicóptero disparó contra un autobús durante la operación y mató a una mujer, según relató el conductor del vehículo, que también resultó herido.

El 13 de enero pasado las tropas estadounidenses destacadas en Afganistán emprendieron un ataque aéreo contra el pueblo de Bajaur, en esta misma zona, al considerar que se encontraba allí el egipcio Ayman al Zawahiri, número dos de Al Qaeda y lugarteniente del líder de esta organización, Osama Bin Laden.

Zawahiri había estado en el lugar, pero tuvo tiempo de huir, ya que los aviones estadounidenses empezaron a sobrevolar la zona dos días antes de lanzar el ataque y los únicos que murieron en la ofensiva fueron 18 civiles, lo que provocó intensas protestas en el lugar contra el Gobierno de Islamabad y contra EE UU.

Islamabad, aliado de Washington en su lucha contra el terrorismo desde finales de 2001, suele intensificar sus operaciones antiterroristas en la zona fronteriza con Afganistán en vísperas de visitas oficiales de dignatarios estadounidenses. Éste fue el caso cuando viajó la secretaria de Estado adjunta para el sur de Asia de EE UU, Christina Rocca, el pasado noviembre.

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