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El alcalde de Londres, sancionado por insultar a un periodista judío

Livingstone queda suspendido de sus funciones durante cuatro meses

El alcalde de Londres, Ken Livingstone, fue suspendido de sus funciones ayer por un periodo de cuatro meses por un tribunal disciplinario. La suspensión, que empezará a ser efectiva el 1 de marzo, es consecuencia de la negativa del alcalde a disculparse ante un periodista judío del diario británico The Evening Standard, al que equiparó a un soldado nazi al decirle que era como el guardián de un campo de concentración.

El fallo, que constituye una humillación enorme para el único alcalde elegido directamente por los votantes, llenó de furia al enérgico Livingstone, que denunció que "sólo los electores o la comisión de un delito pueden apartar de su cargo a los políticos electos". El alcalde nunca quiso disculparse porque entiende que sus comentarios no eran antisemitas, y mantiene desde hace años un duro enfrentamiento con el periódico en el que trabaja el periodista ofendido.

La suspensión fue decidida por el Panel de Sentencias para Inglaterra, un tribunal judicial independiente establecido por la ley de Gobierno Local de 2000, que juzga materias referidas a la conducta de los miembros de las autoridades locales. El panel concluyó que, con su comportamiento, el alcalde ha roto el código de conducta de la autoridad del Gran Londres y ha dañado la reputación de su cargo.

Los hechos se remontan un año atrás -febrero de 2005-, cuando el alcalde asistía a una recepción gay ofrecida por el diputado laborista Chris Smith para conmemorar el 20 aniversario de su salida del armario. El alcalde, que llevaba alguna copa encima, fue abordado por el periodista Oliver Finegold, con el que mantuvo este diálogo:

Finegold. Señor Livingstone, soy del Evening Standard. ¿Cómo va la noche?

Livingstone. Qué horror para usted. ¿Ha intentado algún tratamiento?

Finegold. ¿Ha sido una buena fiesta? ¿Qué supone para usted?

Livingstone. ¿Qué hacía usted antes? ¿Era un criminal de guerra alemán?

Finegold. No, soy judío, no era un criminal de guerra alemán y en realidad eso me ofende bastante. Bueno, qué, ¿cómo ha ido la noche?

Livingstone. Ah, vale. Bueno, quizás lo sea, pero en realidad usted es como el guardián de un campo de concentración. Hace esto porque le pagan, ¿no es así?

Finegold. Estupendo, tengo grabado lo que acaba de decir. Qué, ¿cómo ha ido la noche?

Livingstone. Eso a usted no le incumbe porque su diario es un montón de bolsas de basura y fanáticos reaccionarios.

Finegold. Soy un periodista y hago mi trabajo. Sólo le he pedido un comentario.

Livingstone. Bueno, pues trabaje en un periódico que no tenga un historial de apoyo al fascismo.

En las semanas que siguieron a este diálogo, revelado por The Guardian, Livingstone se negó a disculparse pese a las peticiones de varios altos cargos laboristas, incluido el primer ministro, Tony Blair. El alcalde se reafirmó en que no eran comentarios antisemitas, sino contrarios al diario. Mientras, el rotativo reveló que el alcalde había cobrado 50.000 euros por 20 meses de colaboraciones con ellos, y el alcalde aireó que hace 13 años varios directivos del Standard se habían vestido de nazis en una fiesta de disfraces.

Ken Livingstone, el alcalde londinense, el 28 de diciembre de 2005, en la ceremonia religiosa judía del Hanuká.
Ken Livingstone, el alcalde londinense, el 28 de diciembre de 2005, en la ceremonia religiosa judía del Hanuká.EFE

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