El Estado de Baviera vendió acciones de E.ON durante la negociación con Endesa

El Estado Libre de Baviera, que a principios de noviembre de 2004 poseía el 4,96% del gigante de la energía alemana E.ON, se desprendió de tres paquetes de acciones en 53 operaciones sobre 17 millones de acciones de la empresa hasta dejar su participación reducida a un 2,5% el pasado 2 de febrero. Esta operación de desinversión podría estar relacionada con el llamado decreto Rato (Ley 55/99), que exige a las empresas extranjeras con participación estatal una autorización del Gobierno español para entrar en la propiedad de un sector regulado considerado estratégico, como es el de la energía.

Fuentes del Ministerio de Hacienda de Baviera se negaron ayer una y otra vez a informar a EL PAÍS de si después del pasado 2 de febrero realizaron nuevas ventas de acciones de E.ON.

El 2 de febrero, el Ministerio de Hacienda del Estado Libre de Baviera, donde gobierna con mayoría absoluta desde hace décadas la Unión Socialcristiana (CSU), anunció la venta de 17 millones de acciones de E.ON. Esta venta se realizó desde noviembre de 2004 en tres paquetes y 53 operaciones individuales.

El ministro de Hacienda bávaro, Kurt Faltlhauser, manifestó en aquella fecha la intención de "seguir en el futuro con mucha atención la cotización de E.ON para realizar pequeñas ventas si aumentara el valor de las acciones. Tenemos que tener en cuenta que toda venta posterior antes de la junta general de accionistas de mayo significaría una renuncia al anunciado reparto de beneficios extraordinario por la venta de Degussa".

Máxima cotización

Faltlhauser añadió que las ventas se realizaron "a la cotización máxima" y permitieron ingresar en las arcas del Estado de Baviera 1.200 millones de euros. El ministro realizó esta declaración al presentar el informe sobre participaciones estatales ante la Comisión de Presupuesto y declaró: "El resultado es digno de consideración. En tres paquetes se alcanzaron cotizaciones medias de 65,58 euros, 72, 75 y 84,12".

En su intervención ante la comisión parlamentaria Faltlhauser dejó claro que la participación en E.ON carece de importancia estratégica para el Estado de Baviera. "Se venderá cuando la cotización y el marco de las condiciones sean adecuadas. Además, en el presupuesto 2005- 2006 se contabilizan 1.500 millones de euros como resultado de las ventas".

El ministro defendió la venta con argumentos relacionados con la oportunidad de la operación: "Nuestra estrategia de venta se eligió de forma correcta. Queríamos seguir una variante para conseguir la venta más favorable posible y sin riesgos. Por eso hemos seguido una estrategia de venta muy cuidadosa: vender las acciones de E.ON cada vez a la cotización más alta a través de la bolsa y en cantidades abarcables. Por eso se vendieron en tres paquetes y 53 operaciones".

Destacó Faltlhauser que con las ventas se lograron tres objetivos: "Hemos vendido a la máxima cotización"; "hemos asegurado a tiempo con los medios necesarios una parte esencial del doble presupuesto para 2005 y 2006" y "aunque algunos asesores nos aconsejaban vender más, lo hicimos en pequeñas cantidades. Por eso conservamos ahora una participación en E.ON de un valor de 1.500 millones de euros".

Por otra parte, RWE y E.ON, las dos grandes eléctricas de Alemania han acordado intercambiar sus respectivas participaciones en empresas de suministro de gas de la República Checa y Hungría con el objetivo de fortalecer por separado la presencia de ambas compañías.

En la República Checa, E.ON se hará con el 46,6% de Jihoceska Plynarenska (JCP), con lo que pasará a controlar el 60%. Esta empresa suministra gas natural a alrededor de 105.000 clientes y factura al año alrededor de 100 millones de euros.

Junto a esto, E.ON tomará un 49,3% en la empresa de gas natural de Praga Prazska Plynarenska, con lo que incrementará su presencia del 25% al 99%. Esta compañía presta servicio a unos 430.000 clientes y factura unos 230 millones de euros. Por su parte, RWE pasará a controlar el 96,4% de la checa Stredoceska Plynarenska, tras tomar un 14,27%, y en paralelo tomará un 16,52% de Vichodoceska Plynarenska, hasta controlar el 66,6%.

Además, RWE recibirá un 9,57% de Severomoravska Plynarenska y un 47,8% de Zapadoceska Plynarenska, con lo que pasará a tener el 67,7% de la primera y el 98% de la segunda.

Movimientos

Estos movimientos y los anteriores permitirán a RWE contar con una cartera de clientes de alrededor de 2,5 millones de clientes en la República Checa. En Hungría, E.ON tomará un 49,9% de RWE en el suministrador de gas natural, DDGaz, hasta controlar el 99,9%.

A cambio, RWE recibirá un 16,4% en la empresa de Budapest FOGAZ, y sumará un 49,8%. Esta empresa tiene 800.000 clientes y factura unos 500 millones.

En el Este de Europa, los movimientos en el sector energético no cesan. El Gobierno polaco, informa Efe recogiendo información de la prensa del país, quiere frenar la privatización que, según los partidos que apoyan al Ejecutivo de Kazimierz Marcinkiewicz, se llevó a cabo en los últimos años con demasiada velocidad. Por ello, el ministro del Tesoro, Wojciech Jasinski, tendría la intención de interrumpir el proceso de privatización del grupo eléctrico Dolna Odra, que quería comprar Endesa, después de que se anunciase que el consorcio alemán E.ON ha presentado una OPA para hacerse con la eléctrica española.

Pero no se trata sólo de Dolna Odra, sino de toda la industria de la energía que tanto el partido conservador Ley y Justicia, como el populista Autodefensa y el católico y nacionalista Liga de las Familias Polacas, consideran un sector estratégico.