Vizcaya contratará a precio cerrado todas las obras viarias con túneles
Inicia la nueva fórmula con los primeros cuatro tramos de la 'Supersur'
La Diputación de Vizcaya utilizará una nueva fórmula de contratación en todos los proyectos de carreteras que requieran túneles: será a un precio cerrado, lo que traslada también la responsabilidad a los constructores. Este sistema se ha empezado a utilizar en su obra viaria más ambiciosa, la Supersur, con un coste de 1.290 millones de euros. La Diputación ha licitado la elaboración de cinco proyecto cuya inversión será de 430 millones.
El Departamento foral de Obras Públicas y Transportes quiere acabar con los problemas de retrasos y sobrecostes en los proyectos viarios más complicados, en los que lo habitual es que no se cumpla el precio aprobado en la licitación. La política de menor tolerancia con las constructoras empezó hace más de tres años, cuando por vez primera dos constructoras vascas tuvieron que pagar una multa por la demora en la construcción de una carretera. La sanción, de 192.000 euros, fue impuesta por la Diputación de Vizcaya tras un retraso de siete meses en la entrega de la autovía de conexión entre las autopistas A-8 y A-68 a su paso por Arrigorriaga.
Meses después, la Diputación guipuzcoana impuso otra multa de 1,2 millones por una demora de 20 meses en el desdoblamiento de la N-1 a su paso por el puerto de Etxegarate. Vizcaya acordó, en diciembre pasado, cambiar el sistema de contratación actual por el de un precio cerrado. "Lo hemos hecho porque se utiliza a nivel europeo y entendemos que debe haber una evaluación de riesgos compartida", explica Eusebio Melero, diputado de Obras Públicas y Transportes.
Esta fórmula obliga a la administración a aportar más información a las empresas sobre las características de la obra y la maquinaria que se debe utilizar. Pese a los mayores riesgos para las constructoras, la fórmula no les ha ahuyentado. Hasta hace dos semanas, Obras Públicas había recibido peticiones de quince empresas para analizar la documentación de cuatro tramos de la Supersur, la nueva autopista de peaje en Bilbao. La Diputación pretende mantener antes de Semana Santa una reunión con la asociación vizcaína de constructores, Ascovi, para explicarles las características de las contrataciones a precio cerrado.
Melero asegura que este sistema se aplicará en la contratación de toda la Supersur que requiera la construcción de túneles, lo que sucede en 22 de los 36 kilómetros que tendrá esta autopista. Pero la intención es trasladarlo también a futuros proyectos, que irán subterráneos, como las variantes de Ermua y Markina.
Cinco proyectos
La Diputación ha contratado ya la elaboración de cinco proyectos de sendos tramos de la Supersur, que son los más complicados: Ugarte-Gorostiza, Gorostiza-Cadagua, la conexión del Cadagua, Cadagua-Peñascal y Peñascal-Larraskitu. Éstos totalizan una inversión de 430 millones del total de 707 de la primera fase de la Supersur, que unirá Bilbao con Portugalete a lo largo de 19,6 kilómetros. "Cuando tengamos esos proyectos de trazado, que calculamos para Semana Santa, tenemos que identificar los terrenos por los que pasamos para las expropiaciones", señala Melero.
La Diputación ha iniciado la tramitación de los proyectos más complicados, porque "son los que nos predeterminan los plazos de ejecución". Pese a no disponer de estos datos, el área foral de Obras Públicas mantiene la idea de iniciar la construcción de la autovía en junio o julio de 2007, con el fin de que esta primera fase esté culminada en 2011.
El departamento de Melero está enfrascado ahora en la elaboración de levantamientos topográficos, estudios geológicos, el anteproyecto de los túneles, la localización de suelos contaminados y la afección a servicios, entre los que ya están identificados conducciones de Iberdrola, el Consorcio de Aguas y tuberías de gas. También se trabaja en la adaptación de los plantes urbanísticos de los municipios afectados, un estudio sobre el peaje que se cobrará y el plan de explotación de la autopista.
La Diputación calcula que la nueva autovía absorberá 42.000 vehículos diarios en 2015 y pretende que sea utilizada por el transporte pesado que transita ahora por la A-8. Pese a su gran inversión (la mayor en una infraestructura pública viaria en Euskadi), se defiende su viabilidad financiera "porque se pagará con el canon de los usuarios".
La nueva carretera, que discurrirá paralela a la A-8 en las laderas de los montes que circundan Bilbao, tendrá 14 túneles (cuatro rondarán los dos kilómetros y uno rebasará los 4,3) y 15 viaductos. El trazado discurrirá cerca del depósito de lindane de Barakaldo y la incineradora de basuras Zabalgarbi, además de zonas urbanas de Bilbao, Barakaldo y Galdakao.
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