Pendientes de Bruselas

El eurodiputado socialista Carlos Carnero, presente ayer en la concentración, aseguró que espera que las instituciones europeas se opongan al "desmán" de las obras de la M-30. "Si la Comisión Europea exige la declaración de impacto ambiental, tendrán que paralizar esto", dijo señalando las grúas que se divisaban desde el puente de Toledo.

Está previsto que el próximo miércoles comparezcan en el Parlamento Europeo un representante del Ayuntamiento e Inés Sabanés, de IU. Con esta presencia, la Eurocámara quiere resolver sus dudas sobre el encaje de las obras de la M-30 en la normativa comunitaria.

José María Ortega, director general de Desarrollo de Infraestructuras, será el encargado de comparecer en la Comisión de Peticiones de la Eurocámara por parte del Gobierno municipal. Carnero lamentó el "poco valor" de Gallardón por no acudir a Bruselas "a escuchar las cuatro verdades sobre la M-30". La réplica a Ortega se la dará Sabanés, la portavoz municipal de IU. El vicealcalde, Manuel Cobo, y la edil de Urbanismo, Pilar Martínez, justificaron la ausencia del alcalde con el argumento de que la cuestión que se debate -la exención de la declaración de impacto ambiental- es técnica y no política.

La exención fue aprobada por la Comunidad de Madrid después de que el Consejo de Estado dictaminara que la M-30 es una vía urbana y no una carretera, por lo que no es necesaria esta condición previa. La Comunidad estableció, no obstante, una serie de requisitos medioambientales que, según el Ayuntamiento, se están cumpliendo.

Carnero, que además de eurodiputado es vecino afectado por las obras, mostró su alegría porque una delegación del Parlamento Europeo viaje en los próximos días a Madrid para interesarse por las obras de la M-30.